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Por: Marcos Torres, corresponsal de Antorcha.

«Contra viento y marea», un lenguaje que entienden fácilmente quienes viven en el mar, y que se traduce en la vida diaria como seguir adelante pese a las dificultades. El mes de octubre, «contra viento y marea», a pesar de las trabas del Consejo Nacional Electoral (CNE), el Pacto Histórico logró realizar su consulta popular, lo que les permite tener claridad acerca de su candidatura presidencial para las elecciones de 2026, así como el grupo de candidatos y candidatas para Senado y Cámara. Los millones de electores que votaron asustan a la derecha, que no logra decidir quiénes serán sus personajes que les representarán en las elecciones de marzo y mayo de 2026. Y ¿por qué? Porque siguen enfrascados en contiendas internas de poder y en pugnas personales y grupales, sin propuestas para el país, ya que sus consignas se basan únicamente en el odio y la mentira.

Se avecina un fin de año y el inicio de 2026, en una agitada movida electoral, tanto para los partidos políticos como para la mayoría de la población colombiana, lo que plantea retos al movimiento popular.

Un hecho que nos lleva nuevamente al «mar» -no el del dicho anterior, sino el mar real- es lo que está aconteciendo en el mar Atlántico y Pacífico. Muy cerca de las costas de Venezuela y Colombia, en las llamadas «aguas internacionales», el gobierno fascista e imperial de los Estados Unidos amenaza con intervenir en nuestros pueblos. En aguas que no pertenecen a nadie, ha cometido «ejecuciones extrajudiciales» al asesinar, de manera desproporcionada y con misiles, a barcas de pescadores, so pretexto de combatir el narcotráfico, mentira que nadie cree. Mientras prepara una acción militar contra el hermano país, como también lo vimos en estos días secuestrando un buque petrolero venezolano en las costas.

Acá, puede meterse en aguas internacionales y hacer lo que le venga en gana, mientras que en el Mar Rojo, protesta porque un carguero que iba para Singapur, llevando elementos petroquímicos, fue detenido por el gobierno de Irán en aguas internacionales, invocando el Derecho Internacional, pero a su favor.

Por una parte, acusa a Venezuela de tener un gobierno ilegítimo y ser exportador de drogas, y por otra, a Colombia, acusando al presidente de ser un «líder internacional y jefe de la droga», metiéndolo a su vez en la llamada Lista Clinton, por lo cual le congela sus recursos económicos propios.

Esa misma medida, la aplicó el actual presidente que dice ser del cambio contra nosotros como insurgencia, acusándonos falsamente de ser narcos y tildándonos de ser un cartel; como se puede ver, la moneda se le devuelve al mismo. En síntesis, cuando no se puede contra alguien, se utiliza la herramienta del descrédito, la estigmatización y la acusación infundada. Pese a las acusaciones mentirosas de este gobierno, le apoyamos en su lucha contra la injerencia gringa.

Es bien sabido que detrás de todo esto hay unas razones de fondo, las verdaderas: apoderarse del petróleo y los bienes naturales de Venezuela, y en el caso de nuestro país, es una realidad parecida, sumando el señalamiento al actual gobierno que ha criticado su accionar y ha puesto su posición a favor de la causa Palestina y se ha opuesto al irrespeto de la dignidad de nuestros pueblos.

El Imperio, en la aplicación de la Doctrina Monroe, viendo que está perdiendo influencia en nuestro continente, quiere someterlo a la fuerza. Siguiendo el lenguaje del mar, en este caso, el de los pescadores, ahora «echamos las redes» en nuestro continente y pescamos otros casos que se mencionarán a continuación.

En las elecciones en Bolivia, luego de dos vueltas, sale elegido el candidato de la Democracia Cristiana, que proclama «capitalismo para todos»; palabras que nos recuerdan lo que años atrás pronunció el gamonal presidente Gaviria, quien anunció: «bienvenidos al futuro», y no era más que abrir las puertas del país al neoliberalismo salvaje y saqueador.

En Argentina, dos hechos se han presentado en menos de dos meses: las elecciones locales, que dieron el triunfo a Milei, pese a sus medidas impopulares; se comprobó luego que detrás de ese proceso electoral estuvieron las manos del orangután de amarillo, que invirtió dinero y amenazó al país si votaba de manera contraria. El segundo acontecimiento fue el Convenio que hizo este gobernante de extrema derecha con su patrón del norte, al aceptar las condiciones económicas; convenio entreguista y arrodillado que deja al país argentino sometido definitivamente a los gringos.

Cerca, en nuestra frontera sur, en Ecuador, el gobernante lacayo y dictador Noboa lanzó la propuesta de una Consulta Popular con el fin de perpetuarse en el poder y legitimarse. Sin embargo, el pueblo ecuatoriano votó en contra de sus preguntas por amplia mayoría y respondió: NO a la constituyente que pretendía cambiar la constitución, NO a las bases gringas, NO a la desfinanciación de las elecciones. De esta manera, el pueblo ecuatoriano le cortó el camino. Cabe preguntarse: si el pueblo colombiano, al igual que los ecuatorianos, no quiere las bases gringas, ¿por qué este gobierno no las ha sacado de nuestro territorio?

Pasando a Centroamérica, la cercanía de las elecciones presidenciales en Honduras, que marcan la tendencia en favor de la candidata del partido de gobierno actual, se ve obstaculizada por el Consejo Electoral de ese país. Al igual que en Colombia, la ultraderecha no quiere que haya continuidad en los procesos de cambio. El Consejo Electoral y los medios de la ultraderecha han comenzado a torpedear a la candidata de izquierda. Detrás de esto, ¿quién? Adivinen… los gringos quieren desmontar a la izquierda y atenuar la importancia de los gobiernos de Honduras, Nicaragua y Cuba.

En este repaso, nos encontramos con gobiernos arrodillados, como el de El Salvador, que está prestando su territorio para el establecimiento de fuerzas de despliegue gringa. Además, presta sus cárceles para llevar latinoamericanos allá.

Pero Panamá, Trinidad y Tobago, y las Guayanas no se quedan atrás. En las selvas panameñas se están reentrenando fuerzas de ocupación yankees; Trinidad y Tobago presta su territorio para bases gringas y actúa conjuntamente con ellas, mientras que el gobernante de Guyana declara abiertamente que su país está listo para recibir y apoyar tropas de invasión gringas.

Caso aparte es Puerto Rico, que, como territorio colonizado, es utilizado por los gringos, quienes están mejorando la infraestructura para tener capacidad de movilizar sus aeronaves y tropas contra Venezuela y nuestro continente.

En México, no solo las amenazas y la presión gringa se mantienen, sino que ahora se está utilizando el mecanismo de desestabilización interna mediante acciones que realizan grupos de jóvenes llamados de la generación Z, y detrás de ellos, la ultraderecha mexicana, contra el palacio presidencial para tumbar a la presidenta Claudia Sheinbaum.

Como podemos darnos cuenta, Latinoamérica es, en esta segunda mitad del año, escenario de la acción brutal del imperio y sus arrodillados vendepatrias, al interior de cada país.

Siguiendo en el sur, pasando al continente africano, el genocidio en Sudán. La guerra interna ha llevado a una crisis humanitaria al pueblo sudanés. La guerra es sostenida por países extranjeros con claro interés económico y la pelea por los recursos naturales, en este caso, el oro.

Las manos de los Emiratos Árabes aparecen nuevamente aquí, pero también están en juego los intereses gringos, ya que se sabe que el gobernante sátrapa Trump tiene inversiones en oro, y por otra parte, Rusia. Por el norte, limitando con Sudán, Egipto también tiene la mirada puesta en Sudán.

Con gravedad, también se produce el saqueo de los recursos naturales de la República Democrática del Congo, país que posee la mayor parte del cobalto, litio y coltán del mundo, materiales indispensables para la construcción de autos eléctricos, telefonía móvil y tecnologías. Todo esto es para servicio de las transnacionales, mientras se esclaviza y empobrece cada vez más a estos pueblos.

La tragedia de Gaza no termina, ya que en una decisión vergonzosa para la humanidad, el Consejo de la ONU vota a favor de la propuesta de paz de Trump y de la imposición de fuerzas de intervención afines a los gobiernos genocidas de Israel y de los EEUU.

Con esto, se validan los crímenes contra el pueblo palestino. Ante esto, sigue viva la consigna de todos los pueblos del mundo: seguir exigiendo la existencia de dos Estados, juicio a los criminales, hablar diariamente de Gaza y Palestina, y movilizarse sin cesar en apoyo al pueblo palestino.

¡Del río hasta el Mar…Palestina Vencerá!

¡Fuera Bases gringas de nuestro continente!

¡Por Soberanía y Autodeterminación, contra el Imperialismo!


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