Por: Antonio García, Primer Comandante del ELN
Cada año se develan nuevos cables, informes, correos que reiteran con claridad el papel que ha jugado la CIA, que ha jugado EEUU en la desestabilización de América Latina, articulando fuerzas y acciones con poderes oligárquicos, élites conservadoras políticas y económicas de la región.
Sin duda el papel de los organismos de inteligencia del país del norte jugó un papel decisivo en todas las dictaduras de Nuestra América, han jugado y juegan hoy un papel central en la generación de inestabilidad, ingobernabilidad y apoyo directo o vedado a regímenes autoritarios donde sus intereses se ponen en riesgo.
National Security Archive devela el papel central de la CIA en desestabilizar el gobierno de Salvador Allende a quien señalaban de gobierno “comunista”, vale recordar cómo actores del transporte pesado, medios de comunicación, grandes empresarios y hasta universidades se unieron para sabotear, dañar, menospreciar, culpar, entorpecer el gobierno de Salvador Allende, legítimamente elegido.
Esta forma de proceder no es nueva, deviene entre otras de la Doctrina Monroe, donde es clave tener presente en perspectiva histórica estos sucesos, que hoy cobran valor en tanto reaparecen como una versión 5G del injerencismo en la región.
Estas acciones develadas no son nuevas, son múltiples, pero, por poner unos ejemplos es importante resaltar:
Giulio Andreotti, Primer Ministro italiano reveló la existencia de la llamada “operación Gladio” orquestada por la CIA y la OTAN durante la Guerra Fría, su objetivo era el de organizar una red de paramilitares en Europa Occidental, entre las acciones realizadas se encuentran una serie de actos terroristas a modo de “falsos positivos” o acciones de Falsa Bandera, cuyo argumento justificatorio era el de frenar el avance del comunismo. Hoy muchos documentos oficiales desclasificados lo corroboran, Daniel Ganser historiador suizo en el libro NATO’s Secret Armies (2005) documentó esas actividades clandestinas de la OTAN.
Joseph Conrad (1899), Adam Hochschild (1998), Roger Casement (1904) y Frantz Fanon (1961) expusieron con claridad las atrocidades y explotación sistemática de los pueblos africanos, las brutalidades de Occidente, de Europa contra los pueblos y territorios africanos.
Daniel Ellsberg por medio de una filtración de documentos en 1971, dejó claro el nivel de engaño al que llegó EEUU frente a la guerra en Vietnam y el sudeste asiático, el fin no era otro que el de ocultar la barbaridad, violación a los DDHH y el DIH, todos crímenes sistemáticos cometidos por EEUU en Vietnam.
Archivos develados por la CIA, que gracias a entidades como el portal National Security Archive, han revelado el papel central y definitivo de EEUU en perpetrar Golpes de Estado en Nuestra América y el mundo. Ejemplos son la planeación, ejecución y apoyo a la dictadura en Chile (1973), Guatemala (1954), Argentina (1976), entre otras.
El periodista Seymour Hersh (2004) en sus escritos en el The New Yorker y CBS News, dio a conocer al mundo, las torturas, abusos, crímenes de guerra, violaciones a los DDHH y al DIH, cometidos por soldados norteamericanos en la prisión de Abu Ghraib.
Julian Assange por medio de WikiLeaks (2010) filtró documentos secretos de EEUU, conocidos como el Cablegate, en donde se revelaron más de 250.000 cables diplomáticos, donde se detallaban operaciones y crímenes cometidos por el gobierno de los EEUU. En las invasiones a Irak y Afganistán, también se develaron acciones ilegales de espionaje a países aliados y un cúmulo de abusos de los DDHH.
Snowden (2013) filtró información que reveló el alcance de la “vigilancia” masiva global realizada de manera ilegal y violatoria de todo principio y derechos, por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Estos algunos ejemplos en un océano de casos.
Colombia, sus gobiernos incluyendo el actual, insisten en mantener “buenas” o mejor subordinadas relaciones con los EEUU, una realidad que dista mucho de la autonomía como país, de la soberanía. Por el contrario se insiste por esta vía, en entregar a profundidad los vastos territorios nacionales, la Amazonía entre ellas.
Continúan las relaciones con la OTAN, Comando Sur, formación de nuevas generaciones de mandos de la Fuerza Pública, gestando mayor presencia militar extranjera, entrega o “intercambio” de información, más privilegios e inmunidad para los militares extranjeros, etc.
Es clave echar un vistazo a la historia para entender que esa, no es una ruta de fiar ni para Colombia, ni para los países del vecindario.