Por: Violeta de los Andes, corresponsal de Antorcha Estéreo.
Nuevamente el fiscal Francisco Barbosa, quien entrega su cargo el 12 de febrero, da de qué hablar. Ahora lo hace porque aunque dice no estar interesado en cargos públicos, su qué hacer nos dice todo lo contrario, puesto que en los últimos meses ha buscado la manera de hacerse más y más visible ante los medios, incluso llegando a inventarse que nosotros los elenos queríamos asesinarle, hecho aclarado por nuestra comandancia.
Uno de sus proyectos personales ha sido dejar por escrito las memorias de su vida y obra, consideramos que siendo un proyecto personal el dinero debería salir de su bolsillo, pero Barbosa considera que la misma fiscalía tendría que pagarle sus publicaciones, es así que la fiscalía pagó 181 millones para imprimir 5.500 libros, su publicación consta de 11 tomos y las carátulas de cada uno trae una buena foto del fiscal.
Pero ¿realmente quienes escribieron estos libros? porque no los hizo el fiscal, en realidad la escritura de estos libros estuvo a cargo del equipo de comunicaciones de la fiscalía, contando también con fotógrafos y diseñadores. El objetivo planteado en el contrato entre la imprenta nacional y la fiscalía dice: «prestar los servicios de impresión de productos editoriales para uso y consulta de los funcionarios de la Fiscalía General de la Nación» sin embargo, se hizo una producción de más ejemplares de los que necesitarían los funcionarios, pero lo justifican diciendo que se tienen en cuenta las sedes que se encuentran en construcción, esto indica un gasto innecesario de la fiscalía, además, si fuese un libro de investigación o de apoyo para los mismos funcionarios porque poner sus fotos en cada portada y siendo otros los elaboradores por qué decir que son suyos.
A eso sumamos las encuadernaciones que no son para nada sencillas, los tomos del libro están divididos en cinco tipos de obra: la primera, es un kit de tres libros en empaque revistero. El primero tendrá 652 páginas, el segundo 384 y el tercero 72. Según el contrato, esos tres primeros libros, que suman 1.108 páginas, deberán ir empacados en un estuche revistero impreso en cartón corrugado y cubierta en esmaltado brillante. Además, cada kit irá termosellado.
La segunda obra consta de un kit de cinco libros de 80 páginas cada uno (400 en total) y deberán ir empacadas dentro de un estuche revistero microcorrugado con cubierta en esmaltado brillante.
Las últimas tres obras son libros de 80 páginas cada uno (240 en total), impresas a cuatro tintas en esmaltado mate, carátula grafada y con plastificado mate. En todos los libros de Barbosa se le pidió a la Imprenta Nacional que utilizara una reserva UV, es decir, un acabado transparente con barniz que se aplica tras el plastificado para darles un relieve brillante a las portadas.
Estos costos de autopropaganda que como les mencionamos no parecen nada austeros, además de ser personales los asumimos los colombianos, pero como es el fiscal, es el amigo de los que han mandado en el país, de los poderosos, pues no se hace bombo, la Contraloría no ha anunciado algún tipo de investigación de estos dineros, ojalá las cosas no se queden sólo así.