Carta para las compañeras y compañeros que resisten desde las cárceles #18
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Octubre 2024

Querido compañero/compañera que lees estas letras,

Un viejo libro, pero no por ello poco importante, contiene el siguiente poema, tan vigente y tan bello como para el momento en que fue escrito. Quizás sabes quien lo escribió, quizás algún día lo sepas, pero te lo voy a regalar, para que lo hagas tuyo, para que lo declames o para que lo dejes en un muro y así lo veamos otras y otros que allá lleguemos y sea sustento, sea fuerza y fuego para nuestra convicción.

Generación

Porque esta generación,

provisoria y desgarrada como un viento,

se ha venido formando

en el duro aprendizaje

de soñar entre los muertos, yo la escucho.

Entre ella canto,

bailo y conspiro contra el miedo:

me gusta hablar con mis amigos

a las puertas del día que despunta.

Y aunque nos acorrale una nación sombría,

y un puñado de muertos nos gobierne,

gozamos del rayo solar en un vaso de vino.

Llevamos, quiéranlo o no,

una parcela de sueños en donde crecen

las secretas plantas del poema.

Y cuantas generaciones amantes de la vida y el pueblo, tercas soñadoras, incansables luchadoras han sido encerradas en las mazmorras del Estado, cuantos amigos, hermanos, compañeros y compañeras se les ha privado su posibilidad de luchar en las calles y en los valles verdes. Vos compañero, compañera, sabrás que quien te escribe, decidió pensar en vos, en un hermano que hoy goza de las luz del sol en escasos momentos, que hace mucho no comparte una copa de vino, pero que confío sigue cantando, bailando y conspirando contra el miedo. Porque quien te ha quitado la libertad no te ha quitado las esperanzas de ver a tu pueblo viviendo en una nueva nación, libre y soberana, multicultural y revolucionaria. Y la historia te absolverá compañero/compañera, cantaremos juntos en las calles consignas de fuego transformador, cuando se abran las puertas del penal.

Quiero saber de tu vida, de tu lucha, de tus días en el penal, ojala nos lo puedas relatar algún día. Ojala lo hicieras en una carta de vuelta a esta que te envío, quizás eso nos acerque más, muchos más de los que ya te sentimos en nuestras consignas cuando en cada marcha decimos “no estamos todos, faltan los presos” siempre estaremos incompletos, hasta que estés aquí, gritando con nosotros y nosotras.

Seguiremos luchando aquí afuera por que tengas allá, libros, visitas y lo necesario para tener una instancia digna, la misma que te niega el Estado con sus sistema carcelario precarizado, hacinado y sin garantías para los presos de conciencia, para los presos y prisioneras políticos.

Pero mejor que eso compa, seguiremos luchando por tu libertad y la de nuestros hermanos, para que puedan volver a pisar las calles nuevamente, pero de una nación liberada, con un pueblo empoderado y con tierra, educación, trabajo digno, vivienda y alimento. Con artes para celebrar el espíritu y alegrar el alma.

Aquí en las calles y en los valles verdes, no hemos dejado de luchar, ni un solo día, en ocasiones somos pocos, pero constantes, en otras somos muchos y muchas pero transitorios y fugaces, y así nos mantenemos, avivando el fuego, prendiéndolo nuevamente, ardiendo y volviendo a empezar. Pero somos el rescoldo que nunca se apaga, ese que vuelve a ser carbón con el soplido necesario, que vuelve a ser chispa que enciende a otros, siendo llama que quema lo que debe arder y transforma lo que se necesita.

Este pueblo sigue despertando y se que eso te debe dar alegría. En Bolivia volvió a ganar el movimiento al socialismo las elecciones presidenciales luego del duro golpe militar a Evo Morales, volvieron a ser gobierno; en Venezuela el bravo pueblo sigue haciendo gala de su himno y resiste a bloqueo y saboteo del imperio; en México y Argentina la socialdemocracia brinda garantías para que los pueblos avancen en sus luchas, aunque falte mucho para el cambio; y en los lugares donde la derecha gobierna, el pueblo se manifiesta: Chile, Brasil, Ecuador y Colombia ya saben de un pueblo que quiere cambios, que no se conforma, que resiste y lucha.

Seguiremos siendo poema compa, seguiremos siendo plantas secretas que dejan semillas, que dan fruto, que crean raíces.

Vos allá, sabemos que seguís luchando y resistiendo, no desfallezcas compa, no dudes en tu lucha, no sientas que te equivocaste, porque tu vida y obra tiene sentido, la tiene tanto que hoy otros y otras levantamos tus banderas y tus herramientas de lucha, las que te quitaron de las manos pero que no se las lograron arrebatar al pueblo. Por eso seguimos y seguiremos siempre al calor de la lucha o en el fragor de la muerte.

Te quiero compañero/compañera en el amor que los luchadores sociales nos profesamos, el amor eficaz, como nos enseño Camilo, como nos enseño Guevara.

Con amor Eficaz,

Un amigo del camino.


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