Desplazamiento de familias a causa del Conflicto Social y Armado en el Catatumbo
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Por: Elizabeth García, corresponsal de Antorcha Estéreo.

La ciudad de Bogotá ha recibido más de 34 familias desplazadas desde enero del 2025, momento en el que el conflicto social y armado que se vive en el Catatumbo aumentó su intensidad, debido al enfrentamiento del Ejército de Liberación Nacional contra la banda del 33 y el ejército de la oligarquía colombiana. Por estas fechas la administración municipal trasladó las familias a un predio en la vereda las Pavitas, del municipio de Puerto de Boyacá, ahora éstas se encuentran a la deriva en la ciudad de Bogotá, sin saber qué hacer, después de que el estado intencionara su salida del territorio y ahora se niega a dar respuesta a su situación.

Confiando en la administración municipal y el gobierno, algunas familias del Catatumbo salieron de la región creyendo que se les garantizaría una reubicación en condiciones dignas en la capital del país. Esto a la par que habían acordado con las instituciones del Estado, que se llevaría a cabo el Registro Único de Víctimas, reivindicación histórica de las poblaciones más vulnerables en Colombia, así como también se haría a mediano plazo, una reubicación definitiva gracias a un proceso de restitución de tierras, que haría la Agencia Nacional de Tierras (ANT).

A casi 5 meses del desplazamiento de estas familias y los acuerdos pactados con el gobierno y las administración municipal, lo cierto es que nada se ha cumplido y las familias del Catatumbo siguen siendo las principales víctimas, ahora abandonadas a su suerte lejos de sus territorios de origen, viendo vulnerado su derecho a la vivienda, a la paz, al desarrollo de sus comunidades y hasta el derecho a la vida. En el ELN sabemos bien que toda esta guerra militar y mediática en el Catatumbo, hace parte del plan contrainsurgente del estado y las multinacionales para apropiarse de este territorio, donde no haya pueblo que se oponga a la extracción y robo de nuestros bienes naturales. Insistimos que la militarización no es una solución política y viable para resolver este conflicto social y armado que lleva décadas, así como que, volver a casa significa luchar por el territorio y una vida digna.


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