Deuda vs. Subsidios: la verdadera raíz del déficit fiscal en Colombia
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Por: Josep Velasco Villamizar, corresponsal de Antorcha Estéreo.

¿Qué es un déficit fiscal y por qué es importante entenderlo? Primero es necesario saber que éste ocurre cuando los gastos del gobierno superan sus ingresos, y segundo porque es fácil caer en tendencias desinformativas que atribuyen erróneamente el déficit a los dineros destinados para subsidios sociales. Sin embargo, es fundamental entender que uno de los factores culpables de ese déficit fiscal, es el elevado costo del servicio de la deuda externa.

En ese marco, el partido uribista Centro Democrático presentó la semana pasada una acción de nulidad contra el decreto 0572 de 2025, que permite al Ministerio de Hacienda mejorar el recaudo de impuestos ante el déficit fiscal existente, que se ha visto agravado porque el Congreso de la República no aprobó la ley de Financiamiento a finales del 2024, que pretendía recaudar alrededor de 12 billones de pesos el presente año.

La realidad de la deuda externa

En 2025, Colombia destinó aproximadamente el 20% de su presupuesto nacional al servicio de la deuda, lo que equivale a cerca de $112 billones de pesos, con un incremento del 19,10%. En contraste, la inversión social, que incluye educación, salud y programas de bienestar, recibió solo un 15% del presupuesto, es decir, alrededor de $84 billones, disminuyendo respecto al año anterior en 17,4%.

Esto pone de manifiesto que la mayor parte de los recursos del Estado se destina a cumplir con las obligaciones financieras, mientras que la inversión en el bienestar de la población se ve severamente limitada. Además, la relación de la deuda externa con el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia se sitúa en un alarmante 48% para febrero de 2025, según el balance del Banco de la República. Esto significa que alrededor de la mitad de la producción económica del país está comprometida con el pago de intereses y capital de la deuda, lo que restringe aún más la capacidad del gobierno para invertir en áreas críticas que podrían mejorar las condiciones de vida de los colombianos.

Los subsidios sociales: un chivo expiatorio

A pesar de estas cifras, los medios hegemónicos y sectores de la derecha han insistido en que el déficit fiscal es consecuencia de los subsidios sociales. Esta narrativa no solo es engañosa, sino que también desvirtúa la realidad de la economía colombiana, más cuando el mismo gobierno anunció a inicios del año recortes en el presupuesto de diferentes programas subsidiados como Colombia Mayor, Renta Joven, Jóvenes en Paz y Mi Casa Ya.

La inversión social no solo tiene un impacto directo en la reducción de la pobreza, sino que también contribuye a la estabilidad económica a largo plazo, pues permite sostener la capacidad de consumo de una economía dependiente en un contexto de crisis internacional. También es un elemento necesario para pensar en el tránsito de un modelo económico que no se centre en las ganancias de las grandes empresas, sino, en las necesidades del pueblo.

Al mejorar la educación, la salud y el acceso a diferentes bienes y servicios de los más empobrecidos, se generan condiciones propicias para el crecimiento económico real y el desarrollo de seres humanos dignos. Por lo tanto, culpar a los subsidios de la crisis fiscal es una estrategia que busca desviar la atención de la verdadera causa del problema: el alto costo de la deuda externa.

Soberanía y condicionamientos internacionales

La situación actual también pone de relieve un tema fundamental: la soberanía económica de Colombia. Los prestamistas internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) imponen condiciones que limitan la capacidad del Estado para destinar recursos según las necesidades del país. Esta dependencia de la deuda externa no solo compromete la autonomía del gobierno, sino que también perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad. La falta de recursos para inversión social se traduce en un debilitamiento de las instituciones y en un aumento del inconformismo social frente a las consecuencias del capitalismo.

Una economía para los sectores populares

Es hora de que como sociedad colombiana nos unamos en la defensa de la soberanía económica y exijamos un cambio en las políticas fiscales, de manera que prioricen el bienestar del pueblo por encima de los intereses de los acreedores internacionales.

La lucha por una economía justa y equitativa para las mayorías debe centrarse en la renegociación de la deuda y en la búsqueda de alternativas que permitan al Estado recuperar su capacidad de inversión, discutiendo y redefiniendo el marco fiscal de mediano y largo plazo, así como distribuyendo la riqueza por medio de la tributación a los grandes capitales, cuestión que las élites no han permitido, a la par que el gobierno abandonó su proyecto de supuesto cambio, sin cuestionar las causas estructurales de los problemas sociales.

Éstas solo son algunas medidas para la construcción de un futuro poscapitalista, que dependerá de nuestra capacidad para cuestionar el sistema que nos oprime, movilizarnos y volcarnos a la lucha por las transformaciones.

Fuentes:

Banco de la República. (2024). Informe sobre la deuda pública.

Diario la República (2025).

El Universal (2025). Recorte de subsidios en Colombia: ¿Qué pasará con los programs sociales? 11 de Enero de 2025.


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