Por: Lenin Santos, Eliecer Lopéz y Alix Carreño, corresponsales de Antorcha Estéreo.
El primer feminicidio del 2025 ocurrió en el Suroeste de Antioquia. Ruth María Ospina Montoya de 54 años de edad fue asesinada dentro de su vivienda a manos de su pareja el 1 de enero de 2025. Ruth había denunciado violencia intrafamiliar en varias ocasiones; sin embargo, las autoridades, como es habitual, no tomaron medidas ante las constantes agresiones.
De acuerdo con el Observatorio Colombiano de feminicidios, el 2024 fue el año con mayor números de feminicidios en Colombia desde el 2018. Si comparamos el 2024 en relación al 2023, 886 y 495 casos, respectivamente, tuvo un crecimiento del 78%. Esto ha generado indignación y repudio en Colombia; varias organizaciones de mujeres y derechos humanos exigen hacer frente a esta ola creciente de violencias basadas en género (VBG) y, con más rigor, al feminicidio como máxima expresión de estas.
El patriarcado como sistema de dominación permea, de una u otra manera, cómo nos relacionamos; no solo en el ámbito «público», es decir, lugares que frecuentamos por fuera del hogar -como la escuela, el trabajo, el transporte público, las calles, el parque […]-, sino que también y, de forma más agresiva, permea el ámbito «privado»; es decir, nuestros hogares, lugar que esperamos que mínimamente sean seguros para las mujeres. Pero, el hogar no fue un lugar seguro para Ruth, ni para Juliana, ni Valentina, ni Laura, ni miles de mujeres que han sido violentadas y asesinadas dentro del «lugar seguro».
El sistema capitalista ha cercando las posibilidades de independencia económica -y, si queremos, afectiva- de las mujeres y las ha acorralado en el lugar de lo privado. Lugar donde sufrimos todos los días algún tipo de VBG. ¿Dónde están los lugares seguros para las mujeres? ¿existen? ¿han existido?.
Las Elenas estamos en esta causa revolucionaría por un cambio, ya que en nuestra Organización insurgente hay una propuesta política y democrática donde existe una igualdad sin importar el genero, luchamos para que todas sean reconocidas como sujeto político, que se nos respete por ser mujer. Para lograr nuestra libertad debemos cambiar este sistema capitalista, patriarcal, neoliberal y machista, mientras haya una mujer sometida, seguiremos combatiendo por una nueva nación de paz y equidad con justicia social.