
Editorial Revista Insurrección N° 1020
Comando Central (COCE)
Tras quedar aislados en la Asamblea de la ONU, Trump y Netanyahu presentaron una supuesta propuesta de paz, en la que exigen la rendición incondicional de las fuerzas de la resistencia palestina. Otra vez el refugio de los criminales, lo buscan en la audacia.
En la reciente Asamblea #80 de la ONU, 155 países se pronunciaron contra el plan sionista de ocupar Gaza, anexar Cisjordania y tomarse toda Jerusalén; exigieron cesar de inmediato el genocidio contra el pueblo palestino y que el Consejo de Seguridad use la fuerza para hacer respetar estas decisiones mayoritarias; pero igualmente que en decenas de ocasiones anteriores, los Estados Unidos usaron el poder del veto, para impedir la actuación del Consejo de Seguridad, garantizando que el genocidio y despojo contra los palestinos sigan su curso impunemente.
El 29 de septiembre, en un comunicado de prensa difundieron el ‘Plan Integral del Presidente Donald J. Trump para Poner Fin al Conflicto en Gaza’, en el que este mandatario y sus seguidores, exigen a las guerrillas de la resistencia palestina que se rindan, entreguen las armas, salgan del país y que les queda prohibido hacer parte del gobierno de Gaza. Entre las muchas cosas que desconocen con estos dictados, es que Hamas ganó el gobierno de Gaza, desde las elecciones de 2007.
Perpetrar este genocidio que cosecha el rechazo mundial, lo tratan de ignorar imponiendo condiciones para rehacer el gobierno palestino al acomodo de los intereses imperialistas; de esta forma, además del exterminio y despojo de la Palestina Histórica, ahora Trump busca extremar la esclavización de este martirizado pueblo; con lo que pretende terminar de quitarles su vida, su cultura, su territorio y su libertad.
El denominado orden occidental cae tan bajo, luego de 45 años de neoliberalismo salvaje, de cuya crisis brota el actual autoritarismo neofascista, a cuya cabeza se coloca el mandatario estadounidense; de donde nacen sus políticas racistas, neocoloniales y de desprecio de los pobres y de la clase trabajadora.
Para que Palestina sea libre, es necesario derrocar el orden autoritario neofascista que sostiene al ente sionista israelí. Es un deber la rebelión contra este viejo orden que oprime a los pueblos del mundo. La lucha de resistencia de los pueblos del Sur Global, es un aporte al surgimiento de un orden social alternativo, fundado en el respeto de la dignidad humana y de la soberanía de las naciones.