Editorial Revista Insurrección Nº 898
Comando Central (COCE)
Cuando el Gobierno progresista intenta hacer reformas se atraviesa la rancia élite, opuesta a que el país cambie, reacción que encabezan varios poderes estatales como la Fiscalía General y la Procuraduría, incitados también por poderes foráneos.
El mal Gobierno anterior (2018-2022) fue duramente cuestionado por el Estallido Social de 2021, que rechazó al viejo régimen por perseguir opositores y concentrar la riqueza en la élite dominante, mientras multiplicaba la desigualdad social; un Mandato de cambio con el que llegó al Palacio Presidencial la coalición del Pacto Histórico, liderada por Gustavo Petro y Francia Márquez; quienes en su intento por gobernar a favor de las mayorías han recorrido un camino lleno de obstáculos, atravesados por quienes están contentos con la crisis del país, dado que con ella se lucran.
El Gobierno progresista ha maniobrado para ganar aliados en los sectores tradicionales de la política colombiana, quienes han aceptado apoyar algunas reformas a cambio de cuotas burocráticas, como ha sido desde siempre la política que hacen en el Congreso de la República; aun así, con los bolsillos llenos, estos aliados de ocasión pujan para recortar las reformas que intenta el Gobierno, dando como resultado un poco avance de los cambios prometidos.
Los sectores de la élite dominante que no participan de estas alianzas quedan por fuera del Gobierno para oponerse a él, llegando a usar los poderes que monopolizan para perseguir a los integrantes del Gobierno, sin tener en cuenta que el propio Presidente Petro sostiene que quiere desarrollar un régimen político que no persiga opositores.
El gran poder externo que actúa en el país tiene su sede en Washington, desde donde cada semana envían un alto funcionario para hacer ofertas al Gobierno progresista, a la vez que monitorean el cumplimiento de los acuerdos suscritos con el viejo régimen; pero no se quedan ahí, porque presionan al nuevo Gobierno para que no se salga del camino trillado, por medio de sus alfiles, que ostentan altos cargos en el Estado colombiano.
El momento que vive Colombia es de cambio, porque es la voluntad que expresan las grandes mayorías, lo que impone a todas las fuerzas políticas un Mandato que no pueden esquivar, a menos que quieran ser relegados al cuarto de los muebles viejos; así mismo, potencias que han vivido del colonialismo y el imperialismo, están llamadas a respetar los anhelos de paz con justicia social, democracia y soberanía que reclama el pueblo colombiano.
Revista completa: