Por: Antonio García, Primer Comandante del ELN
El ministerio de defensa de Rusia emitió un informe en el que evidencia que desde el inicio de la operación especial rusa el 24 de febrero de 2022 a marzo de 2024, han registrado un aproximado de 13.000 mercenarios de diversas partes que han sido reclutados y que 5.800 han sido abatidos.
Combatir bajo la calidad de mercenario se constituye en una pérdida de honor militar, una categoría que debieron aprender, se supone, en sus procesos de formación militar. Todo indica que su fin último no es más que conseguir dinero, lo cual desdice del tipo de ejército que pueda tener un país.
Las cifras hablan por sí mismas, 7.922 provienen de Europa, 3.051 de América, 1.897 de Asia, 249 de África y 77 de Australia y Oceanía.
Entre los países de origen de estos mercenarios se resalta: Polonia, registra 2.960 mercenarios, de los cuales 1.497 ya han sido dados de baja por el Ejército Ruso. EUUU con 1.113 mercenarios, 491 dados de baja. Georgia con 1.042, 561 dados de baja. Canadá 1.050, 422 dados de baja. Reino Unido 822, 360 dados de baja, Rumania 784, 349 dados de baja. Colombia 430, 217 dados de baja.
A este “des-honroso” séptimo lugar global, podemos agregar que, a nivel regional Colombia ocupa el triste tercer puesto, esto en tanto: Estados Unidos se lleva el primer lugar, Canadá el segundo, sigue Colombia y luego en su orden Brasil, Bolivia y Argentina.
Muchos de estos mercenarios mueren en terreno, no son recogidos, ni enterrados y lógico, mucho menos retornados a sus familias. Por diversas redes sociales, por donde se emite la propaganda de reclutamiento, también se escuchan las alertas de estar siendo engañados pues no les pagan lo prometido, los llevan a la primera línea de combate, no los preparan, les dejan abandonados sin apoyo ni munición, asuntos todos que deberían ser discutidos y evaluados por instancias internacionales de nivel.
Sin duda, el Derecho Internacional Humanitario (DIH) queda en el aire, no sirve al parecer en estos casos, solo para ser aplicado cuando se requiere enfatizar en un ejercicio de señalamiento moral al enemigo o como propaganda o parte de una estrategia de guerra psicológica, pues hoy, ante los conflictos bélicos que enfrenta la humanidad, la gran capacidad bélica destructiva, las técnicas y herramientas tecnológicas, entre otras, lo que resurge es la ley del más fuerte, sumado a esto la complejidad del análisis frene a dinámicas de guerras híbridas.
Pero, esta compleja realidad se cruza con este otro dato aún más grotesco, varios periodistas como Luis Cárdenas de El Universal de México, Rafael Croda de Revista Proceso también de México, entre otras, resaltan que, los carteles mexicanos vienen reclutando a ex-militares colombianos para mejorar sus capacidades tácticas destructivas.
Conforman así, los carteles, unidades de élite para actuar con mayor fuerza letal. Se da cuenta de francotiradores, instructores de fuerzas especiales, comandos de operaciones urbanas, guías caninos, enfermeros, explosivistas, pilotos de drones entre otras.
Se trata de militares retirados de alrededor de 40 años de edad, con 20 años de servicio, fuerza capacitada disponible. Los carteles ganan en capacidad de combate al tiempo que reciben entrenamiento.
Entre los carteles mexicanos que más reclutan están el Cartel de Sinaloa, destacado por sus nexos con el mundo de la política colombiana, Jalisco Nueva Generación, La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, aseguran estas fuentes.
El Departamento de Inteligencia y Contra-inteligencia Militar del Ejército de Colombia (Cede2) ya había detectado el aumento de viajes de ex-militares colombianos a México, además detectó que jóvenes menores de 30 años recién dejan el Ejército así como ex-policías también buscan sumarse a estas ofertas. El incentivo es meramente económico pues reciben entre 2.500 a 4 mil dólares por mes.
Vale recordar que en 2021 en hechos aún por esclarecer de manera amplia, 24 mercenarios colombianos en su mayoría militares en retiro participaron en la rara operación donde murió el entonces presidente de Haití Jovenel Moise.
Asesinatos de personas en estado de indefensión, llamados Falsos Positivos, Generales involucrados en redes mafiosas, articulación con paramilitares, tráfico de armas y municiones, alto grado de corrupción, una flagrante impunidad se suma a un escenario complejo en donde el dinero público termina siendo la base de formación de la mano de obra cualificada del crimen tras-nacional, exportando mercenarios, criminales a sueldo, un alto grado de indignidad nacional. Este sería otro tipo de extractivismo.
Al tiempo, este es el mecanismo ideal para fomentar las dinámicas de control paramilitar que se exportan, expanden y se reciclan.
