Editorial Revista Insurrección N 605
Estamos por la solución política; pero que ella se logre no depende tanto de nosotros, sino de la conducta que asuman las elites dominantes en el país y de los Estados Unidos. Si ellos, dejan de utilizar la violencia en la lucha política contra las opciones alternativas y no se atraviesan a los cambios, se logrará un acuerdo de paz y el país podrá transitar por otros caminos.
Un acuerdo de paz no es tema exclusivo entre la guerrilla y el gobierno. En este proceso de paz, buscamos que participe de manera activa la sociedad, en especial, los que históricamente no han tenido voz y siempre han estado excluidos de las decisiones básicas sobre los rumbos del país.
Escuchando a distintos sectores y organizaciones sociales, nos hemos hecho a estas ideas sobre la participación, las que esperamos enriquecer y consensuar con los aportes de ustedes:
Participar es decidir. Lo que ustedes expresen en las instancias de participación, ha de tener incidencia real en las políticas públicas y en las decisiones del Estado.
Para que la sociedad participe, se requieren garantías. En un clima de persecución, terror paramilitar, asesinato de lideres sociales, amedrentamiento a las fuerzas alternativas, criminalización y represión a la protesta social, es muy difícil la participación amplia y libre. En estas condiciones no son muchos, los que se atreven a participar.
La participación ha de desarrollarse tanto en los territorios como en los distintos sectores sociales, de abajo hacia arriba, en un proceso ascendente de sistematización y síntesis, que formule los cambios básicos urgentes, para cimentar las bases de un acuerdo de paz, que lleve a Colombia a una mejor situación de soberanía, democracia y justicia social.
El componente que jalone y encabece el proceso de participación, es la misma sociedad, en especial las organizaciones sociales y procesos que impulsan la participación hacia la paz; contando con garantías, independencia del régimen, un manejo autónomo de los recursos aportados por el Estado y la cooperación internacional. De gran utilidad sería que estas Audiencias esbozaran la composición, una amplia representatividad y el liderazgo de este componente.
Estas Audiencias Preparatorias apenas son la cuota inicial de la participación que ha de desarrollarse en el país. Para que sea equilibrada y en igualdad, ha de contar con la presencia directa de las dos partes de la Mesa, porque en la Agenda la participación está concebida como parte vital de la misma y no como algo para después.
Los temas preferenciales a desarrollar en este proceso de participación que hoy inicia, son los concernientes a la “democracia para la paz”, las “transformaciones para la paz”, los derechos de las víctimas, como la verdad y la no repetición; y todos los que la gente considere pertinentes, en las distintas instancias de la participación.
Los tiempos estarán dados por lo que demande la amplitud de la participación, la cobertura, las temáticas a abordar, las garantías y las condiciones y facilidades que brinde el Estado.
La amplitud, representatividad e incidencia de la participación de la sociedad en este proceso de conversaciones y en el curso del país, tendrá que ser conquistada por la misma sociedad y en especial por las fuerzas alternativas y el movimiento social y popular.
Les deseamos muchos éxitos, aciertos y conquistas en estas Audiencias.