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Por: Juan Ignacio Agudelo

Emisoras guerrilleras que emiten su señal insurgente y disputan la batalla de ideas en las regiones.

El Ejército de Liberación Nacional cuenta con un sistema nacional de emisoras guerrilleras que emiten su señal insurgente y disputan la batalla de ideas en las regiones, sin embargo, fiel al espíritu territorial eleno, son emisoras regionales, que le hablan directamente a las comunidades aledañas, sobre sus problemáticas, situaciones de seguridad, operatividad militar y de nuestra propuesta revolucionaria.

Estas emisoras surgieron con la necesidad de socializar la agenda, propuestas e ideario del ELN emanado del primer congreso de 1986, y dos años más tarde aparecieron en la señal AM cubriendo un espectro de amplia cobertura, emitiendo desde el bajo cauca antioqueño, y llegando hasta Panamá, Venezuela y Nariño. Así nace oficialmente Radio Nacional Patria Libre.

Las emisoras guerrilleras han hecho parte históricamente de los proyectos revolucionarios nuestro-americanos, quizás la más significativa fue Radio Rebelde, que emitía desde la Sierra Maestra y le hablaba al pueblo cubano en los años previos a la revolución del 59. Luego en Centro América se posicionaron las emisoras de los movimientos de liberación nacional, tal es el caso de Radio Venceremos del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en el Salvador. Tener voz propia y fortalecer una cultura popular con espíritu revolucionario, fue el objetivo de las guerrillas de nuestro continente.

La Radio fue en sus momentos el medio de comunicación de mayor difusión, sobre todo en los territorios rurales más lejanos de los países latinoamericanos, cumplió papeles de información, pero también de entretenimiento con las radio novelas y los magazines, de formación y alfabetización como la recordada Radio Sutatensa en Colombia y de difusión musical fundamentalmente. Pero la radio hablada fue el canal y testigo de grandes hechos, que se narraban en tiempo real, así recordamos la transmisión valiente de Radio Magallanes en Chile el 11 de septiembre del 73, cuando el golpe militar acalló todos los medios de comunicación y esta abrió sus micrófonos para que Salvador Allende pronunciara las siguientes palabras, las ultimas que dirigiría al mundo y su pueblo trabajador: “tienen que saber que aquí en chile se inicio un camino por el que decidimos caminar y ser libres, y más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por las que el hombre libre caminará”

Por lo anterior, contar con un sistema radial en un movimiento guerrillero, es una forma efectiva para dar la lucha de ideas, llegándole al pueblo trabajador, campesino y de pobladores urbanos. Tener el sistema radial Patria Libre no ha sido una tarea fácil para el ELN, nos hemos tenido que reinventar para existir, resistir las arremetidas militares y las carencias logísticas propias de emisoras que transmiten en la clandestinidad, desde montañas y centros urbanos, evitando que nuestros transmisores sean detectados y descubran nuestra ubicación, conseguir herramientas que estén a la altura de lograr una transmisión limpia y bien producida y desarrollar la logística con el aprovisionamiento que se requiere para hacer funcionar plantas de gasolina o de ACPM que diariamente se tienen que alimentar para producir la energía suficiente para el funcionamiento.

Tener un colectivo que aprenda a manejar los equipos de comunicaciones y que sepan comunicar, que lo aprenden empíricamente con el acervo y experiencia creada en estos más de 30 años de bregar con la radio guerrillera, sin que dejen de cumplir las funciones normales de la vida campamentaria en el grupo armado, o de un guerrillero urbano en las ciudades.

Este esfuerzo de años, nos permite contar con orgullo que se ha resistiendo y que seguimos en píe, y que hoy nos hacemos escuchar en las zonas donde operamos, donde el proyecto eleno se ha enraizado y somos parte de esa realidad del país: en el Chocó somos Occidente Rebelde, en el sur occidente colombiano somos Barricada Estéreo, en el Norte somos Radio Insurrección Caribeña, en el oriente somos Voz de la libertad, en el nororiente somos Frontera Rebelde. Nos escuchan los campesinos y campesinas, los integrantes de organizaciones sociales y comunitarias, los jóvenes, las amas de casa, estudiantes, pobladores y pobladoras urbanas, son nuestros fieles oyentes, los miembros de las fuerzas represivas del Estado.

¿Y en los territorios urbanos? ¿existimos? Durante años hemos sonado en la ciudad de Cucutá y su área metropolitana con nuestra emisora Antorcha Estereo, que nació de la mano del Frente Guerrillero Carlos Germán Velazco Villamizar, siendo escuchados por taxistas, buseteros, vendedores ambulantes, jóvenes univeristarios y habitantes barriales. También inteligencia militar ha sido fiel oyente, y han desencadenado sus campañas de ira por sus canales de difusión mediática como RCN, que en su programa La Noche, de Claudia Gurisatti ha dedicado horas a “denunciar” que existimos y sonamos; con la rabia que les genera no saber desde donde transmitimos, como lo hacemos y como acallarnos.

Hoy Antorcha Estéreo es un proyecto nacional, del Frente de Guerra Urbano Nacional, un modelo que estamos llevando a las demás ciudades de Colombia, para transmitir de manera pirata y clandestina desde la retaguardia de la burguesía. Se requieren múltiples esfuerzos técnicos, pero fundamentalmente se necesita de una militancia urbana decida a formar parte de este propósito. Como guerrilleros urbanos, que dan la batalla de ideas, que se capacitan técnicamente y que se clandestinizan con el objetivo de difundir nuestras propuesta de liberación nacional, poder popular y nueva nación.

Cambiar la matriz mediática, para ir ganando cada vez más legitimidad para el proyecto insurgente, es una posibilidad que tenemos con la radio guerrillera, y más hoy en los centros urbanos que desde el 2019 hasta los tiempos recientes con el paro iniciado en abril de 2021 han ganado en combatividad en las calles, ahí tenemos que sonar, como voz que aliente la construcción de movimiento social y político y fuerza militar insurgente en las ciudades. Como voz rebelde.

Fragmento de libro: La Radio en Cuba del escritor Oscar Luis López

Los relojes marcaban las dos de la mañana. Desde la pista en sombras , tres aviones levantaron el vuelo, y Eulogio Cantillo , un general de pocas ideas, quedaba inesperadamente al frente de una nación en crisis. La Ciudad Militar de Columbia es el último reducto de una tiranía derrotada.

Nadie en Cuba ha tenido noticias de los últimos acontecimientos: ni los propios ministros del Gobierno. Un pacto de silencio ha cubierto la fuga de Batista.

Las ondas de Radio Rebelde han comunicado al pueblo la toma de Santa Clara; un tren blindado enviado por Batista había caído en las manos de Camilo Cienfuegos y Che Guevara. Los radio emisores conversan en voz baja en un rincón.

El pueblo duerme, y las antenas están apagadas. Hay una fuerte tensión dramática en aquella madrugada histórica. Es el 1 de enero de 1959.

Un auto parte del Campamento de Columbia: Manolo Fernández, condueño de CMBC Radio Progreso, ha comprendido la gravedad de la situación.

Rompe la consigna del silencio: pone en el aire la señal, y estremece la madrugada con las sensacionales noticias: ¡Batista ha huido! Hay un gobierno provisional en Columbia bajo el mando de los militares…

Fidel Castro capta las noticias de Radio Progreso. Inmediatamente pone sus fuerzas en movimiento y ordena la huelga general revolucionaria, a través de las ondas de Radio Rebelde, emisora instalada en el corazón de las montañas en 1958, a iniciativa del Comandante Che Guevara. Se ordena a la columna de Camilo Cienfuegos que avance a la toma de la Ciudad Militar de Columbia. El comandante Guevara avanza con la suya a la fortaleza de La Cabaña, segunda plaza militar de La Habana.

Una vez más, la radio estaba en el centro de los hechos y eran las ondas radiales las que despertaban a todo el pueblo, con el llamado esplendoroso de la libertad.

Difundida la noticia de que el Dictador ha huido, el pueblo se lanzó a las calles con una emoción incontenible. Los grupos del movimiento 26 de Julio, que tienen una organización clandestina en la capital, se desplazan hacia los sitios estratégicos y ocupan emisoras de radio, para evitar desórdenes y asaltos.

Una consigna es emitida constantemente por la radio “¡revolución, sí! ¡Golpe militar, no! ¡huelga general! ¡no tocar un solo establecimiento, ni asaltar una sola casa; el pueblo debe confiar en la justicia revolucionaria!”

Respondiendo al llamamiento del Movimiento 26 de Julio por la radio y la televisión, el pueblo de Cuba da un magnífico ejemplo de disciplina.

Los magnates de la radio callan y observan: 1959 ha empezado con grandes cambios.

Oscar Luis López, La Radio en Cuba. Editorial Letras Cubana. Ciudad de La Habana, Cuba, 1981.


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