Por: Alix Carreño y Alí Santos, corresponsales de Antorcha Estéreo.
El 20 de enero fue la toma de posesión de Donald Trump, tras su reelección presidencial el 5 de noviembre de 2024 bajo las banderas de nacionalismo de extrema derecha; lo que genera preocupación a los pueblos del mundo por las políticas de retroceso de derechos: migratorios, ambientales, étnicos y de género; y, hasta económicos.
Según el mismo Departamento de Seguridad de Nacional de Estados Unidos al rededor de 11 millones de personas indocumentadas viven en ese país. Donald Trump inicia su mandato reafirmando sus banderas nacionalistas con deportaciones masivas bajo condiciones y tratos inhumanos.
Esta arremetida migratoria cada día se agudiza más. EEUU anuncia que hará redadas contra migrantes en tres ciudades cada semana. Así mismo, Artemio Arreola, director político de coalición de Illinois para los derechos de los migrantes y refugiados, dice que se espera ataques contra la comunidad migrante en unas 17 ciudades de EEUU. La violación de derechos humano y el no reconocimiento del derecho humano a la migración tiene en alerta y zozobra a la comunidad latina que, la desigualdad social llevó a dejar su lugar de origen y buscar posibilidades de vida en otros territorios.
Además, el presidente Trump amenaza con invadir a Panamá, Canadá y Groenlandia. Se negó a descartar el uso de la fuerza militar y genocida para retomar el canal de Panamá. El mes pasado, el presidente Trump acuso falsamente a Panamá de permitir que soldados chinos controlen esa ruta marítima vital, ya que conecta los océanos atlántico y pacífico. Según los Estados Unidos Panamá cobra a los barcos estadounidenses «precios exorbitantes» y han advertido que, si esas tarifas no se reducen tras su toma de posesión, exigirán que se conceda a Estados Unidos el control del canal. Ante estas medidas el pueblo Panameño se pronunció: el control del canal no debe de ser devuelto a los Estados Unidos, a pesar de los llamados del presidente Donald Trump. Jorge Quijano, exadministrador del Canal de Panamá, indica que: un barco con bandera panameña paga tanto como un barco con banderas estadounidenses. Quijano dice que no sabe cual es el problema de los Estados Unidos y sus barcos, las tarifas se basan en el tamaño del buque y no en la bandera que porte.
Del mismo modo, el presidente 47 de los EEUU, intimida a Canadá diciendo que ese país tiene que ser de los Estados Unidos: «Si ustedes se convierten en un estado estadounidense, no tendremos déficit (comercial), no necesitaremos imponerles aranceles aduaneros» declaró Trump desde Washington. De manera rápida y certera, el ministro canadiense, Justin Trudeau, advirtió que habrá una fuerte respuesta de su país, si Donald Trump impone aranceles de 25% a las importaciones desde Canadá.
A Donald Trump no le vasta con invadir a Panamá y Canadá, sino que, también quiere apoderarse de una de las islas mas grandes del mundo, en este caso Groenlandia, calificando de «una necesidad absoluta» que esta isla tiene que ser propiedad de los Estados Unidos, donde en su rueda de prensa no descartó el uso de «coerción militar o económica».
Ya está más que claro, el capitalismo esta en crisis, por esta razón las ideas descabelladas de invadir e imponer ideales fascistas de Trump y los parásitos multimillonarios que lo acompañan. Interrumpiendo la paz, tranquilidad y soberanía en los pueblos latinoamericanos y del mundo, para apoderarse de sus bienes naturales. Los ojos del imperialismo están puestos en los pueblos Nuestro-Americanos. Defender nuestras tierras es garantizar un futuro de paz con justicia social.
