
Por: Manuel Torres, corresponsal de Antorcha Estéreo.
El 17 de Febrero se publicó por parte del DANE el dato del PIB para el año 2024: 1,7%. Cifra que produjo diferentes análisis a favor y en contra, y se utiliza deliberadamente por la ultraderecha para hacer campaña sin profundizar contexto. ¿Hay que celebrar el crecimiento económico sin observar las condiciones de vida reales de la gente? ¿Hay que aplaudir a los voceros de la derecha cuando denigran de una ineficiente política económica, siendo la misma que por años han implementado en el modelo neoliberal?
Lo cierto es que las banderas de impulso a la economía del pacto histórico, poco o nada se han desarrollado. El mayor de los logros del programa de Petro, será haber apaciguado la lucha, haciendo un favor a la oligarquía de estabilizar cifras de inflación y desempleo, aún a costa de eliminar subsidios, recortar gastos y sanearle los déficit que por años las instituciones corruptas generaron en los recursos de la nación. Todo dentro del mismo modelo, los condicionamientos de organismos multilaterales, sin visión de cambio para el pueblo.
Mientras tanto, las élites que gobiernan el país impulsan la economía financiera con la dinámica subterránea e ilegal, por unos sectores y afectan la economía real evadiendo la legalidad que tanto profesan, con el agravante de corromper las instituciones, de por sí, ya corruptas. Es así, como uno de los “motores” del crecimiento económico en los últimos años, ha sido el sector del entretenimiento con 4,4% para finales de 2024, superando sectores históricamente dinámicos como construcción, minería y servicios. ¿Qué hay detrás de esto?
El subsector de los juegos de azar, que incluye apuestas en línea, loterías y apuestas deportivas, creciendo un 450% entre el 2018 y el 2022 [1], y actualmente representa alrededor del 2% del PIB nacional, más que las obras civiles y el carbón, por ejemplo. Es decir, que una parte importante de los flujos de dinero en la economía colombiana se está dando a costa de crear potenciales ludópatas, formados en las casas de apuestas que proliferan y abundan en el país, generando posibles impactos negativos en la salud pública, sector que el propio subsector de las apuestas, financia con un porcentaje de los flujos generados. Una gran ironía.
Además, no se debe ser un experto para desde lo vivencial identificar cómo funciona dicho negocio: Grandes cantidades de dinero lavadas y legalizadas por las mafias de la oligarquía colombiana, millones de trabajadores esclavizados ante la ilusión de coronar una buena apuesta, arreglos de partidos (de fútbol en los casos más relevantes) degenerando la lógica deportiva, bajo el manto de la mafia. Los criminales organizados cerca del poder de las élites, dinamizan su economía como mejor les gusta, desde lo que aparentemente está oculto a los ojos de los demás.
Y no contentos con eso, la economía mafiosa que organiza y dinamiza la oligarquía colombiana, con sus testaferros y alfiles que dan forma al narcoestado colombiano, también determinan los ritmos de crecimiento oficial del comercio y el flujo de mercancías, pues son los dueños del contrabando a gran escala, que les genera miles de millones en ganancias, pero pérdidas cercanas a los 35 billones anuales [2] para los ingresos nacionales de los colombianos, introduciendo ilegalmente al país cerca del 10% de las mercancías [3].
De lo anterior, es necesario hacer mención especial al revuelo generado por el gran poder del contrabandista “papá pitufo”, y cómo un personaje de éstos es funcional a las clases tradicionales que se organizan para desfalcar los recursos de los colombianos y hacer crecer la economía de unos pocos. No es por casualidad, que Luis Carlos Reyes, quien pasó por la DIAN y ahora está en el ministerio del interior, haga pública una lista de personajes, que mediante el tráfico de influencias, trataron de posicionar sus alfiles en la misma DIAN y la policía fiscal y aduanera (POLFA). Para rematar y sin mucha sorpresa, la mayoría de esos personajes pertenecen a los partidos Conservador, Centro Democrático, Cambio Radical y la U; estructuras criminales inmersas en la legalidad, que están alineadas con las familias ricas y poderosas de Colombia.
Es preciso parafrasear el oportuno planteamiento del Comandate Antonio García sobre el contexto de guerra contra las paraFarc: Una organización rebelde no lucha contra individuos, lucha contra esas estructuras que desangran al país, tratando de ocultarse bajo la doble moral. Y es urgente también preguntarse para quién crece la economía mafiosa de éste país. Claramente no en favor de las mayorías.
[1] “Juegos de azar y conciertos: ¿El motor oculto del crecimiento económico?”. 25/11/24. El Espectador.
[2] “Fenalco alerta sobre impacto del contrabando en la economía”. 20/02/25. Ámbito Jurídico.
[3] “Así es el duro golpe que el contrabando da a la economía, la industria y el comercio”. 14/02/25. El Tiempo.