
Por: Alí Santos y Orlando Cienfuegos, corresponsales de Antorcha Estéreo.
La escalada arancelaria del imperio estadounidense contra el mundo y la República Popular China sigue su curso, y con ello la respuesta del gigante asiático para contrarestar el impacto de estas medidas en dicho país, el cual ha calificado los aranceles, a partir del Ministerio de Asuntos Exteriores, como un flagrante desafío a los principios universales del comercio y una confrontación contra el mundo entero.
De manera enfática, el Ministro de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, asevero que esta política estadounidense “vulnera gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, organización que, con el fin de la segunda guerra mundial y bajo la influencia del imperialismo anglosajón, reglamentó el comercio internacional basado en el modo de producción capitalista, globalizador y neoliberal, beneficiando en principio la economía yankee, superada en el siglo XXI por China quien se adaptó de manera extraordinaria y con una doctrina política comunista al compás impuesto por EEUU.
Ante estas medidas que socavan el orden económico mundial, no necesariamente a favor de los pobres y trabajadores, el dragón asiático anunció que tomará las contra medidas necesarias para oponerse a las acciones intimidatorias de Estados Unidos, no solo salvaguardar la soberanía, seguridad e intereses del desarrollo nacional, como por ejemplo, imponer a los yankees un arancel del 125%, sino también la equidad y la justicia internacional, protegiendo así el comercio y los intereses comunes de la comunidad internacional. En este sentido, China pronostica que quienes defienden la justicia obtienen un amplio apoyo, mientras quienes la contradicen tienen poco.
Como organización revolucionaria alzada en armas, observamos con atención esta pugna internacional, generada por el imperialismo norteamericano, que tanto daño le ha hecho a nuestra amada Colombia, tal como lo auguró el libertador Simón Bolívar cuando dijo “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”. Por esto persistimos en la lucha por la transformación social y económica del país, hacía una economía socialista, liderada por la clase trabajadora y popular, donde se priorice la soberanía, así como la producción nacional, la circulación interna y la equidad.