Editorial Revista Insurrección Nº 853
Comando Central (COCE)
El 7 de agosto Gustavo Petro será el máximo Comandante de las Fuerzas Armadas y deberá actuar acorde al legado del Libertador, quien demanda que ‘la espada de los libertadores no debe emplearse sino en resaltar los derechos del pueblo’.
Aprovechando que el 24 de julio es el Día de su natalicio, el Libertador bajó del Olimpo de los inmortales de la mano del espíritu progresista e indenpendentista que recorre las naciones que liberó; se detuvo en la fría sabana de Bogotá, en la vieja Hacienda Presidencial de Hato Grande a donde convocó al recién elegido Presidente de Colombia, quien como buen conocedor de las dotes de estadista de Simón Bolívar, le preguntó sobre cómo enfrentar los principales retos que tiene al frente. Esto le dijo:
‘El modo de gobernar bien es el emplear hombres honrados, aunque sean enemigos’.
‘Hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas’.
‘Nada es mejor que la exactitud de las promesas del Gobierno, la mejor política es la honradez’.
‘En los Gobiernos no hay otro Partido que someterse a lo que quieren los más’.
‘En moral como en política hay reglas que no se deben traspasar, pues su violación suele costar caro’.
‘La destrucción de la moral pública causa bien pronto la disolución del Estado’.
Para ‘no perder ni una coma’ el nuevo Presidente grabó en su teléfono estas recomendaciones, antes de afirmar que acababa de reunirse con delegados de Estados Unidos, con los que hablaron sobre el narcotráfico por ser ellos los mayores consumidores de cocaína y Colombia el mayor productor.
El Libertador pensó un momento antes de agregar que este grave problema no está bien diagnosticado y por tanto las soluciones, por novedosas que sean siempre serán defectuosas.
Por favor, explíqueme Su Excelencia, le pidió el nuevo Presidente de Colombia.
‘Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición’, sentenció Bolívar.
¿Me está diciendo que el narcotráfico es un arma para dominar a los pueblos por la vía de degradarlos?, ¿y que los EEUU lo promueven con tal fin?
‘Más claro no canta un gallo’, anotó Bolívar y agregó que en su loco afán de mantener su hegemonía los EEUU acuden a lo que sea para sojuzgar a los pueblos…, América Latina y El Caribe no deben perder de vista que,
‘Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria a nombre de la Libertad’.
Resolver problemas tan grandes demanda unirse con los pueblos vecinos que enfrentan la misma amenaza, así ‘se dobla el brazo’ a la potencia imperialista, concluyó el Libertador y añadió que,
‘Para nosotros, la patria es América’.
Sin embargo, Petro seguía embebido pensando qué hacer con la Fuerzas Armadas de las que ahora en adelante sería Comandante Supremo, sabiendo que estas tropas han sido capacitadas y conducidas por EEUU, por esto se animó a preguntarle cómo resolver tan espinoso asunto.
Bolívar, experto en asuntos militares le respondió:
‘El destino del Ejército es guarnecer la frontera, ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!’
‘Las armas no deben jamás estar sino en las fronteras o en los campos militares; de nada sirven en el interior’.
Disculpe Su Excelencia, interrumpió Petro, ¡es que son más de dos siglos en que las armas de la República las han colocado al servicio de los caudillos y de intereses foráneos!
No se preocupe dijo el Libertador con voz grave, su fuerza está en el pueblo, acuda a él, no debe olvidar que,
‘La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las naciones’.
Remató Bolívar afirmando que con los dominadores todo se obtiene por medio de la lucha y él como Jefe de Estado su deber es servir al pueblo que lo eligió, haciendo conciencia que,
‘El que abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada y gana cuanto le consagra’.
Para despedirse el Libertador debió sacar sus manos de entre la ruana donde las abrigaba, para estrechar las del Presidente colombiano que se despidió, antes de partir pensativo.
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