Colombia vive hoy un momento de lucha y movilización popular que anuncia tiempos de cambio. La movilización y la indignación popular actual con el gobierno es producto del represamiento de la inconformidad con las políticas neoliberales, oligárquicas y guerreristas que le han aplicado durante décadas a la población. La pandemia no fue la excepción para que el gobierno aplicara la misma formula represiva contra la población, mientras las FFAA y los paramilitares hacía lo propio intimidando, persiguiendo y asesinando indiscriminadamente a los líderes sociales, a los críticos del gobierno y del orden de desigualdad que éste representa.
En las semanas recientes el gobierno y el Estado ha actuado abiertamente contra la nación y las víctimas, en el caso Uribe, en donde se favorece al acusado para lograr la impunidad, en el financiamiento de Avianca con dineros públicos, una empresa extrajera quebrada, la complicidad y connivencia con el paramilitarismo en el asesinato de líderes sociales, el repunte de masacres de jóvenes en campos y ciudades del país, la concentración de poderes y de los órganos de control en el presidente y la violencia represiva del Estado contra la población vulnerable en el caso de Javier Ordoñez.
Las acciones de protesta del 9 y 10 de septiembre fueron producto de la indignación social contra el gobierno, en donde los jóvenes, trabajadores y pobladores urbanos expresaron su inconformidad e impotencia con este orden de injusticia y desigualdad que se padece. Ante la protesta social, el Estado responde con el asesinato de 13 manifestantes y mas de 50 heridos con arma de fuego, al mejor estilo de los estados de sitio de los años 80. Los únicos responsables de estos hechos son la policía, las FFAA y el gobierno, que ordenaron abrir fuego contra los manifestantes, civiles, desarmados e indefensos, todo esto con el objetivo de contener los cambios exigidos, ahogando las protestas en sangre.
El ministro de defensa y el comisionado para la paz, Miguel Ceballos, responsabiliza al ELN de «infiltrar» las manifestaciones como recurso para legitimar la masacre de la policía y desviar la atención de la opinión, mientras se esfuerza en buscar «pruebas» inexistentes que liguen a los manifestantes con nuestra organización. Es infame con las víctimas y con el país estos montajes y que los medios masivos se presten para el ocultamiento y la desinformación, son igual de responsables. Igualmente infame es que Duque-Uribe respalde a los asesinos de la juventud y le reste importancia a los asesinados. El país no se merece este tipo de gobernantes y no soporta más injusticias y autoritarismo.
Invitamos a seguir en movilización por la vida y en contra del gobierno títere de Duque-Uribe que lleve al país a identificar y sancionar a quienes ordenaron y ejecutaron estos crímenes de Estado.
Llamamos a organizar la resistencia por territorios, localidades y sectores sociales que facilite adelantar acciones de mayor impacto y presión contra el ilegitimo gobierno y las fuerzas represivas del Estado hasta que se atiendan los reclamos de las mayorías nacionales referidas a democracia y paz con justicia social.
Ciudades de Colombia
LUCHA URBANA INSURGENTE Y POPULAR
SIEMPRE JUNTO AL PUEBLO
¡COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES!
¡NI UN PASO ATRAS… LIBERACIÓN O MUERTE!
FRENTE DE GUERRA URBANO NACIONAL
COMANDANTE EN JEFE CAMILO TORRES RESTREPO
EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL
Septiembre de 2020