Ejercer el poder
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Editorial Revista Insurrección N° 1001
Comando Central (COCE)

El Estallido Social de 2021, hizo posible que el actual gobierno llegara al Palacio de Nariño en 2022, pero a su renuncia a cumplir el mandato popular y escasa voluntad para liderarlo, se agrega la férrea oposición de la oligarquía, lo que ha enseñado que una cosa es intentar gobernar y otra diferente es tener el poder.

Las fuerzas populares que, en los últimos años, en las calles exigen transformaciones estructurales, están aprendiendo una lección, que ni siquiera unas modestas reformas las conceden las clases dominantes y que el pueblo debe luchar para conquistar mínimos cambios en lo laboral, las pensiones, la salud pública, entre otros. Hace 60 años un líder revolucionario, el sacerdote, sociólogo y comandante guerrillero Camilo Torres, enseñó cómo enfrentar el logro de las reivindicaciones que el pueblo necesita. Esto explicó:

“En Colombia hay leyes para todo, la aplicación de esas leyes no se hace en virtud del amor al prójimo, sino en virtud del egoísmo del grupo”.

Camilo animó a la lucha por cambios básicos, pero sin quedarse solamente en el logro de estas metas elementales:

“Que cada lucha parcial por ventajas inmediatas, no pierda de vista el hecho de que la reivindicación total y definitiva obrera, no podrá venir sino como consecuencia de la toma del poder por parte de las mayorías, por parte de la clase popular colombiana”.

“La democracia consiste en que las mayorías organizadas puedan ejercer el poder”.

“Los únicos que determinan las decisiones gubernamentales en Colombia son los que pertenecen a una minoría de grandes intereses económicos. El día que logremos nosotros que las mayorías se unifiquen, se organicen con objetivos concretos, y produzcan las decisiones, ese día tendremos una auténtica democracia”.

De donde se deduce que el grupo minoritario que usufructúa el poder, se lo debe entregar al pueblo:

“Es necesario reemplazar al grupo en el ejercicio del poder, al grupo minoritario, al grupo de las clases dirigentes. Porque un grupo minoritario, en un país como el nuestro, tendrá una gran cantidad de intereses opuestos a los de las clases mayoritarias y si de él dependen las decisiones, nosotros veremos que las decisiones se adoptan sistemáticamente en favor del grupo minoritario y en contra de las mayorías. Porque cuando hay un conflicto de intereses naturalmente, el que tiene el poder en sus manos, decidirá en favor de él mismo, en favor de su propio grupo”.

Camilo llamó la atención sobre cómo la oligarquía subordina al pueblo, por medio del sistema de partidos que se inventó:

“Continuamos con una clase minoritaria dirigiéndonos y esa clase minoritaria ideó una organización política apta y eficaz para controlar a la clase popular; esa organización política está constituida por partidos policlasistas, es decir, formados por diferentes clases, desde la clase minoritaria que está en la cima, hasta la clase popular que está en la base”.

Para generar los cambios de fondo que demanda Colombia, Camilo convocó a la lucha determinada y sostenida del pueblo:

“Nada nos hará desistir de nuestra lucha por organizar el pueblo e ir con él hasta la toma del poder, cueste lo que cueste. Y lo decimos porque sabemos que es una decisión de las mayorías, sin cuyo apoyo y participación activa, ni la cárcel, ni las penalidades de la lucha tendrían sentido ni esperanza”.


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