El imperio occidental debe terminar
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Editorial Revista Insurrección N° 1021
Comando Central (COCE)

Cinco siglos de capitalismo, sostenido por sus imperios y el orden global que han impuesto, arrojaron al planeta y sus especies a un foso de depredación, guerra e indignidad humana, evidenciando que el capitalismo no puede llevar a la humanidad hacia un futuro mejor.

El apogeo del imperio español arrancó con la invasión de América en 1492, el imperio británico despegó en 1815 y le entregó el mando al imperio norteamericano en 1945, el que hoy se debate en una aguda crisis, mientras emergen nuevas potencias, que anuncian la construcción de un orden global diferente al de los últimos 500 años, caracterizado por el saqueo de los pueblos aborígenes, por medio del genocidio.

La esencia genocida del capitalismo, la denunció Frantz Fanon en su legendaria obra ‘Los condenados de la tierra’: “Durante siglos, los capitalistas se han comportado en el mundo subdesarrollado como verdaderos criminales de guerra. Las deportaciones, las matanzas, el trabajo forzado, la esclavitud han sido los principales medios utilizados por el capitalismo, para imponer sus reservas en oro y en diamantes, sus riquezas, y para establecer su poder”.

La desintegración que hoy sufre el imperio occidental, le llega a causa de sus diversas crisis, en lo económico, comercial, social y político, agravadas por la derrota militar estratégica que recibe en Ucrania. En medio del agotamiento moral, por la desaparición de los valores sociales que antes lo estructuraban; que los impulsa a la destrucción de las cosas y de la gente, y a no tener en cuenta la realidad; actuando como ‘la culebra que se devora su propia cola’, atacando a sus aliados y arremetiendo contra los más débiles.

La historia demuestra que los imperios así estén tambaleando, solamente caen por la lucha de los pueblos oprimidos, es el legado de la gesta independentista del Libertador Simón Bolívar; lograda de forma incompleta, al ser truncada por la oligarquía pro imperialista, que nos convirtió en neocolonias.

Vencer la dominación imperialista y la de sus lacayos locales, es la meta en que están comprometidos los pueblos, con la certeza que esta vez, no se trata de cambiar un imperio por otro, no… porque en este momento histórico, es imperativo luchar por una sociedad post capitalista, por un nuevo orden social que defienda y armonice la vida humana con el cuidado de la Madre Tierra.


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