Por: Kleiver Oliveros, corresponsal de Antorcha Estéreo.
El pasado 25 de agosto se dió inicio a la intervención del Malecón de Cúcuta, Norte de Santander. La obra, que busca la rehabilitación o remodelación de la zona, está ubicada en la avenida Libertadores de Cúcuta, el valor que tiene esta obra es de más de 9 mil millones de pesos y se planea la entrega en diciembre de este año. El alcalde afirmó que «con esta obra queremos crear espacios más amenos para la comunidad, sin perder su valor patrimonial».
La administración de Jairo Yáñez ignoró la normativa vigente y entregó una millonaria obra a la Unión Temporal, recalcando las denuncias que hace el pueblo porque no sabían nada de lo que estaba pasando sobre esta obra sabiendo que con tanto dinero podía hacer otras cosas como arreglar las calles de Cúcuta o ayudar al pueblo dando acceso a la educación. Pero no, lo único que él piensa es en una estética y ya, como lo suelen hacer todos los alcaldes que no piensan en el pueblo.
Además, a esto le sumamos que se evidencia una fuerte corrupción al entregar el contrato de la obra por parte del alcalde a una empresa que presentaba inconsistencias en su contratación como sucede en muchas obras en nuestro país. Tomando en cuenta que este alcalde Jairo Yañez empezó a proyectar para una Cúcuta del 2050 y se olvidó de esa Cúcuta de la actualidad. No supo controlar la inseguridad y en sus primeros ocho meses de gobernante cambió cuatro veces de secretario de seguridad. El departamento de planeación no hizo nada con 50 mil millones de pesos que le asignaron para los cuatro años. Y en su primer año le renunciaron 9 secretarios.
No escuchó al pueblo, aquí el poder debe ser popular que entre todos y todas se construyan los proyectos de vida, para que sea para el pueblo. Por eso seguimos rechazando estos actos de corrupción por parte del alcalde de Cúcuta, porque no le da su lugar a el pueblo, como lo merece, solo piensa en tener lujos y su estética amplia para derrochar el dinero.
No dejaremos que siga pasando esto, pues van a seguir haciendo de las suyas y dejando al pueblo sin nada, dándonos las sobras como lo vienen haciendo desde hace muchos años. Hermanos y hermanas revolucionarios alcemos la voz para poder derrotar a estos hambreados que nos quitan el pan de cada día.