Por: Alix Carreño y Paula Gómez, corresponsales de Antorcha Estéreo
El 5 de noviembre del presente año las disidencias de las Farc asesinaron a Manuel Oca, en el municipio de Inzá, al suroeste del departamento del Cauca.
Manuel era maestro, artesano, que defendía su cultura, hacia parte de la guardia indígena, que es una autoridad central del Consejo Regional del Cauca (CRIC), establecida como refugio de protección para el territorio y los derechos de los pueblos nativos. En los últimos años los líderes y lideresas indígenas Nasa siguen siendo asesinados por grupos armados narcoparamilitares.
El pueblo reclama que vive momentos difíciles, denuncian que la paz sólo es para el Gobierno y la oligarquía colombiana. El paramilitarismo en Colombia es una herramienta de guerra que impone el modelo neoliberal, a través de la imposición de su doctrina de seguridad, esto con el fin de adueñarse de territorios y vienes naturales. En los cuales se registra el asesinato sistemático de comunidades indígenas y sus representantes, ya van 60 indígenas asesinados, la gran mayoría son jóvenes entre los 18 y 25 años de edad, así como niños entre los 13 y 15 años edad, cada día sigue aumentando la violencia contra los que resisten por defender la vida.
Como Ejército de Liberación Nacional le decimos al pueblo indígena y a toda nuestra querida Colombia, que estamos comprometidos en defender la madre tierra, por la soberanía de los territorios y autonomía de los que habitan en ella, estamos del lado de la lucha de los pueblos y su dignidad. Por una nueva nación de paz y equidad con justicia social, el respeto a la vida y su libertad. Por el poder popular construido entre todos y todas, es importante resistir sin claudicar, defender la vida nunca sera un delito, es necesario empezar desde ya a cambiar lo que debe ser cambiado, la solución esta en las calles, organizarnos, juntos somos mas fuertes.