Editorial Revista Insurrección Nº 854
Comando Central (COCE)
Fue tan desastroso el Gobierno que finaliza el 7 de agosto que provocó el Estallido Social más grande de los últimos 70 años y propulsó el triunfo de la centro izquierda en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez en las recientes elecciones presidenciales.
Termina otro nefasto Gobierno de la oligarquía colombiana el del Subpresidente Duque, léase el tercero de Álvaro Uribe y de su Partido de extrema derecha el Centro Democrático.
Dejan un país desgarrado por la violencia y la Guerra al cumplir con su cometido de ‘hacer trizas la paz’, incumplir el Acuerdo con las Farc, no dar continuidad al proceso con el ELN, acrecentar el terrorismo de Estado y el narcoparamilitarismo, acentuar el trato de Guerra a la protesta social, dar rienda suelta al asesinato de los líderes sociales y excombatientes, ampliar la sumisión y el servilismo ante la plutocracia que domina a los Estados Unidos, incrementar la desigualdad, la injusticia social y realizar una administración en la que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres y numerosos.
Desde la firma de los Acuerdos de Paz con las Farc de noviembre de 2016 el régimen oligárquico ha asesinado a 1.335 líderes Defensores de Derechos Humanos (DDHH) y 335 excombatientes, de los cuales bajo el Gobierno de Duque (2018-2022) mataron 954 líderes sociales (70 por ciento) y 251 excombatientes (73 por ciento), cifras escalofriantes para cualquier país del mundo, que en Colombia son escondidas y naturalizadas por las empresas de comunicación del régimen.
De extrema crueldad y cinismo fue la conducta altamente violenta de Duque frente al Estallido Social del año pasado, cuando las Fuerzas Armadas y sus narcoparamilitares asesinaron a 87 manifestantes que hacían uso del legítimo derecho a la protesta, a lo que sumaron 300 desaparecidos y 103 personas con daños oculares severos, según denuncian los organismos de DDHH.
Este Gobierno es de los peores que han azotado al país, lo hundió aún más en el pantano de la corrupción, una de sus últimas tramas fue el robo de los 500.000 millones de Pesos a los Fondos destinados a cumplir los Acuerdos de Paz, y los 70.000 millones saqueados a los programas de internet para las zonas rurales, para no mencionar la larga lista de robos al erario que perpetraron Duque y sus secuaces durante estos 4 años.
Duque acostumbrado a desinformar fue despedido con rechiflas y abucheos que lo calificaron de mentiroso, durante su último discurso ante el nuevo Congreso de la República que se instaló el pasado 20 de julio, que nunca va a olvidar que deja a Colombia esclava de los usureros del Fondo Monetario Internacional (FMI), al contraer la mayor Deuda Externa de toda la historia la cual en julio de este año ascendió a 175.000 millones de Dólares, que equivalen a la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Las políticas de Duque se caracterizaron por favorecer a los mega empresarios con cerca de 20 billones en exenciones tributarias, en contraste el desempleo lo sostuvo por encima de dos dígitos y el empleo informal llegó a 44,8 por ciento, la inflación de 9,67 por ciento es la más alta en las ultimas 2 décadas, además incrementó considerablemente la desigualdad y la pobreza, 21,6 millones de pobres viven con un ingreso mensual de 350.000 Pesos y 7,4 millones en la miseria viven con 161.000 Pesos al mes, que son el 56 por ciento del total de la población colombiana.
Al igual que otros en el pasado el Gobierno saliente actuó al servicio de las mafias y de los bancos que blanquean el narcodinero, de ello hablan las fotografías de Duque con su patrocinador el Ñeñe Hernández capo asesinado en Brasil en 2019, y las interceptaciones telefónicas que evidencian el aporte de dineros de la mafia para comprar votos en la campaña electoral de 2018; junto a los jugosos negocios de lavandería de narcodólares establecidos entre la Vicepresidenta Ramírez y el capo del Cartel de la cocaína de Medellín apodado Memo Fantasma, a quien en los últimos días de este Gobierno van a sacar de la cárcel gracias a los trucos del Fiscal General Barbosa.
Como dice el refrán ‘no hay bien que por mal no venga’ porque los desastres de este Gobierno agudizaron la crisis del régimen, dieron lugar a las protestas y movilizaciones más portentosas de los últimos 70 años y abrieron campo al triunfo electoral de la centro izquierda, que accede al Gobierno por primera vez en 212 años de historia de Colombia como República.
Revista completa: https://eln-voces.net/insurreccion-854/