
Por: Antonio García, Primer Comandante del ELN
Se puso de moda que supuestos negociadores de paz como Araña y ahora HH sean solicitados en extradición por Cortes de los Estados Unidos, acusados por exportar cocaína. Dicen los informes, que en esas latitudes, desde el 2019 ya se conocía que HH enviaba cocaína en cantidades respetables. Ya la Corte Suprema de Justicia dio su visto bueno a dicha solicitud.
Para poner en contexto, debemos remontarnos a lo acontecido en julio de 2017. En ese año la Dirección Nacional del ELN decidió enviar al sur del país al Comandante Alexander, integrante de la DN, para que continuara re direccionando varias prácticas incorrectas en las estructuras de Nariño. No alcanzó a durar 6 meses, pues murió en un supuesto operativo militar el 9 de julio, donde curiosamente solo falleció él. Los agentes infiltrados guiaron al Ejército hasta donde acampaba y lo señalaron para que el francotirador le diera el tiro que lo mató. Ahí, junto a él estaba Jairo uno de los infiltrados, lo vio caer y le recibió las últimas órdenes, hoy tercero al mando, bajo la tutela de HH y Juan Carlos.
Desde ese momento se prendieron las alarmas en el ELN, pues iniciaron a tirarle la responsabilidad a otros compañeros para distraer el foco de atención. HH continuó «arisco» por un tiempo y no quiso moverse para ningún otro lado. Poco a poco retomó la confianza en la medida que iba enviando agentes infiltrados a otras estructuras, según plan trazado por la inteligencia del Estado.
Los Gobiernos de Santos y Duque no habían logrado «coronar» el objetivo estratégico, dar de baja a uno o varios integrantes del Comando Central; por eso, en los puros inicios del actual Gobierno se reactivó en forma el plan estrella contra el Comando Central, para una vez «coronado el objetivo» reiniciar los diálogos pisando fuerte, como lo hicieron con las ex-Farc. Finalizando el 2022, en este afán de materializar dicho plan, fue descubierto HH y no tuvo más remedio que refugiarse en Nariño. Hasta ese momento no existía ninguna contradicción política, HH se mostró siempre como un «desconfiando» de los diálogos con el gobierno y adalid de no desmovilización.
Claro, había quedado al descubierto y no podría seguir como «agente encubierto», debían colocarlo en otro plan, donde además de protegerlo, el Estado lo activa en un supuesto plan de paz con desmovilización a bordo, un verdadero «exprés» y de paso hacer creer que en el ELN había fracturas. De lo que estaba aconteciendo se conversó con la Delegación del Gobierno, pues eran hechos en «pleno desarrollo», solo acataron a decir que era «paranoia del ELN». El plan de infiltración fue macabro, con envenenamientos de mandos del ELN incluidos. ¿Acaso no es violación del DIH?, y en medio de una Mesa de diálogos funcionando. Perfectamente se puede decir que estábamos ante operaciones de inteligencia contra el ELN, con el propósito de hacer colapsar el proceso de paz. La delegación del Gobierno no escuchó, mejor dicho, dejó que el plan siguiera adelante.
El ELN siguió, se ‘tragó un montón de sapos’ para sacar adelante los propósitos de la paz, pero continuó la cascada de incumplimientos de acuerdos, que ya estamos cansados de repetir y no es materia de estas líneas.
Ya se sabe que la Banda de HH se desmovilizó, y supuestamente se desarmó, pero es suficientemente conocido que entregaron las armas más deterioradas y las de mejor calidad terminaron en manos de las Autodefensas Unidas de Nariño (AUN), paramilitares articulados al plan contrainsurgente en el Pacífico nariñense creadas con anterioridad por HH.
Todo lo anterior lo hemos dicho en su momento, pero se dijo que eran mentiras o inventos del ELN, ahora aparece que HH estaba identificado desde el 2019 como narco, pero lo dejaron seguir operando, ¡qué lindo!, los gringos sabían, mejor dicho, la DEA. ¿Acaso la DEA no coordina y orienta acciones junto con los militares y policías colombianos? Claro que sí.
Los tres jefes de la Banda de HH eran «caballos de Troya» dentro del ELN, enviados por la DEA y la inteligencia colombiana para realizar operaciones de narcotráfico, para luego hacerlas pasar como política del ELN, a la vez también realizar operaciones de inteligencia para asesinar mandos del ELN, en pocas palabras: «agentes multipropósito», como el Dolorán que sirve para todo.
¿Y Ahora qué sigue?, ¿será extraditado y condenado a prisión en los Estados Unidos? No, para nada. Los protocolos para este tipo de agente es sacarlo del «área caliente», para enfriarlo; luego, se le cambiará de identidad y a rodar en otras operaciones de inteligencia de la DEA.
Todos los procesos actuales de «negociación de paz» del Gobierno se realizan con traquetos, narcos y paramilitares, por tanto, no es casual el insistente afán del Presidente por difamar del ELN para convencer a medio mundo, a punta de mentiras, que el ELN también está comprometido con el narcotráfico; pero nadie ha podido mostrar prueba alguna, solo son mentiras por cuanto el ELN nada tiene que ver con ese negocio.
Al final la política de paz de este Gobierno devino en un enmarañado proceso con bandas narcotraficantes y paramilitares. Por tanto, el ELN no podrá participar dentro de ese diseño, se necesita otra visión y otro espíritu. El Pueblo colombiano y la nación, así como los pueblos del mundo pueden tener la certeza que el ELN es una organización auténticamente revolucionaria, comprometida con la paz con transformaciones para el bien de la sociedad. Seguiremos esperando una mejor oportunidad para construir la paz.