La persistente lógica colonial
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Por: Antonio García, Primer Comandante del ELN

El pasado 6 de septiembre de 2024 el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió el documento titulado “U.S. Security Cooperation with Colombia”, el documento detallaba la cooperación militar de EEUU y Colombia, destacando asistencia militar, acuerdos de defensa y la cooperación con diversas áreas de seguridad.

Resalta el documento que desde el año 2017, luego de la firma del Acuerdo de Paz entre las FARC y el Estado de Colombia, hasta el 2023 Estados Unidos ha proporcionado aproximadamente 278 millones de dólares a través del programa de Financiamiento Militar Extranjero (FMF) así como fondos para la formación y capacitación militar. Se resalta que en el año 2023 esta “ayuda” superó los 90 millones de dólares.

Esta asistencia se presenta como apoyo para fortalecer la capacidad defensiva de Colombia. De fondo, este es un mecanismo expedito para mantener activa su influencia, no solo en el país sino en la región y más ahora en tiempos de grandes cambios geopolíticos.

El documento informa de una colaboración mejorada de la interoperabilidad de las Fuerzas Armadas colombianas con las normas de la OTAN, alineándose a los intereses estratégicos de los EEUU. Se esperaría que se priorizarán las necesidades y contextos locales, se impone así de facto, modelos que no necesariamente tienen en cuenta las necesidades locales y reales, sino que obedece a intereses estratégicos extranjeros.

Se refiere además a la gobernanza local efectiva y la profesionalización de las instituciones de seguridad, dos ejes que presenta como objetivos positivos, parece que, remodelar estructuras de poder en Colombia es parte de sus planes vía consolidar intereses; pero, ¿qué intereses?

Así mismo, el documento permite develar algunos proyectos a futuro derivados de esta “colaboración”. En este sentido hace referencia a la designación de Colombia como un Aliado Mayor No OTAN (MNNA) en un contexto global de confrontación cada vez más aguda, ante la emergencia de un orden multipolar y la paulatina pérdida de poder hegemónico total de los EEUU.

Este informe ratifica a Colombia, bajo una lectura crítica, en un permanente enclave colonial de los intereses de Estados Unidos, golpeando de lleno la soberanía nacional.

No está de menos recordar que según los mismos informes de la ONU, Colombia está entre los 7 países con mayores tierras fértiles disponibles, esto en un contexto de neo-colonialismo y lucha por el control de los recursos naturales que aún quedan en el planeta, y en tiempos de guerra por el control de las cadenas globales de suministros.

La cooperación en áreas como la ciberseguridad, la llamada lucha contra el narcotráfico sugiere una suerte de continuidad y profundización de la labor de Colombia, como socio clave en la región para los intereses del país del norte.

Sin duda esto afecta la capacidad del país de lograr avanzar de manera autónoma en la planeación y decisión soberana del presente y futuro de los territorios, regiones y en sí del conjunto del país en clave regional.

La arquitectura misma institucional, el enfoque y las decisiones seguirán siendo timoneadas desde el exterior, profundizando aún más los diversos conflictos y el caos, como de facto ya ha ocurrido y se ha fortalecido con la presencia militar norteamericana en la historia de la región y ahora, con un componente adicional, una OTAN cada vez más amalgamada e impuesta en la región potenciando lógicas e intereses externos.

No aprendemos del pasado, de las innumerables intervenciones extranjeras y sus consecuencias, se prefiere mirar para otro lado, pues no solo se acentúa en Colombia, avanza en Ecuador, Perú, Chile, Argentina y es una realidad que va más allá de gobiernos de derecha o progresistas, igual avanza. Pareciera que los gobiernos siguieran preparándose para luchar guerras ajenas.

Es necesario comprender esta dinámica, ganar conciencia e incluir estos asuntos atinentes a la soberanía, dignidad y capacidad autónoma de gobernarse de los pueblos, en la agenda de lucha de los pueblos de Nuestra América.


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