
Por: Carlos Mauricio Montoya, corresponsal de Antorcha Estéreo.
Los poderosos se enfrentan sin importar la vida de los pueblos. Desde la segunda posesión como gobernante de un país imperial, Trump ha profundizado su odio hacia el mundo y exacerbado las confrontaciones. Desde el mes de enero, se han implementado medidas de control hacia los países del mundo, sin distinción. Los impuestos arancelarios, llevados a descarados límites, ejercen presión sobre las economías, la política y la autonomía de los pueblos.
Es importante el papel que está jugando China en este pulso de intereses, ya que este país tiene la economía más rica del mundo, autosostenible en todo sentido y con un gran desarrollo científico y tecnológico. Pero no solo eso, China se muestra como ejemplo de solidaridad con el pueblo palestino, desafiando el cerco humanitario del gobierno sionista de Israel.
Los escenarios de guerra en el mundo han pasado a ser una guerra económica, en la que el imperio ha tenido que ceder, tanto por el poderío chino como por las presiones internas y las medidas de los jueces que le han cortado ciertas medidas impositivas.
Mientras tanto, se mantiene la guerra entre Rusia y Ucrania (el occidente), y aparece otro escenario de guerra en Asia (India y Pakistán), además de la amenaza latente de otras guerras, todas ellas promovidas por el imperio gringo.
A su vez, se habla de paz y de conseguir una paz en Ucrania, que ha sacado a la luz el verdadero fin de esa guerra: la apropiación de los recursos naturales de Ucrania (minerales raros) por parte de los gringos.
Por su parte, Europa reconoce que se ha visto desprotegida de su amo. Razón por la cual han promovido encuentros de urgencia para fortalecerse internamente y hacer alianzas. El pretexto de que Rusia quiere tomarse Europa o que quiere hacerles la guerra ha servido para aumentar los presupuestos de guerra y para el rearme en todo sentido, invirtiendo exageradas sumas en la compra de armas.
El genocidio contra el pueblo palestino continúa. Allí se han puesto a prueba nuevas armas. Dicho por los mismos militares sionistas, han hablado del uso de armas láser.
Nuestro continente indoamericano y nuestro país no escapan a esta lógica perversa, que deja al margen el bienestar y la calidad de vida de nuestros pueblos. Perú compra nuevas armas y cede la soberanía del país al poner en manos de Corea del Sur toda su defensa (convenio reciente). Colombia compra nuevos aviones y helicópteros y cede más terreno a las bases militares y a la inteligencia gringa en nuestro país.
Hay que mirar que, detrás de todo esto, está el inmenso negocio de las empresas y países productores de armas. Ellos son los grandes negociantes de la muerte, en contra de la vida de miles de habitantes del planeta. En Colombia, esto viene siendo promovido por políticos de mala ley y algunos alcaldes, quienes insisten en que se dote de armas a todo el país, que para ellos solamente son los llamados «hombres de bien». Es decir, las armas siguen en manos de los poderosos para usarlas en contra del pueblo.
Todo esto pareciera hacer oídos sordos a lo que el papa León XIV dijo: «no más guerras».
Es importante destacar que todo esto está profundamente unido a la guerra mediática, al papel que están jugando todas las formas de comunicación, tanto escrita como auditiva y visual, a través de diversas plataformas digitales, para penetrar en los corazones y cabezas de las poblaciones, llevando narrativas de odio y mentira, de tal modo que los pueblos se vuelquen en contra de los procesos de liberación y asuman, como borregos, las indicaciones de los manipuladores de conciencias.
En nuestro país, sí que han sido verdad de a puño estas acciones de la ultraderecha, quienes son dueños de los medios corporativos de desinformación, usándolos durante años a su favor. Ahora que hay una gran cantidad de medios alternativos de comunicación y redes sociales que llevan a los demás pobladores una mirada objetiva e investigadora de lo que acontece en el país, alimentando las conciencias de manera seria y formando personas críticas ante el sistema, entonces la ultraderecha dice que no hay garantías y que la oposición ha sido golpeada y maltratada insistentemente, como lo afirmó en una entrevista Ingrid Betancur. Se pasan como víctimas quienes han negado derechos a nuestro pueblo, posan como víctimas quienes han manipulado descaradamente, quienes han asesinado y quienes se mantienen en la impunidad.
Por último, se visibiliza la inoperancia, el descaro y la burla al pueblo colombiano de las mafias de sectores del Congreso y de sectores del aparato judicial de nuestro país, al desconocer al Poder del Pueblo, al legislador primario. Las risas, abrazos y celebraciones de congresistas de la derecha al votar en contra de la participación, decisión y anhelos del constituyente primario son indicativos del desprecio hacia los empobrecidos de nuestro país. Se visibiliza lo que han ocultado durante más de 200 años: que solamente buscan incrementar sus bolsillos, crear leyes a su favor y matar a nuestra población.