Menos lástima y más responsabilidad
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Antonio García, Primer Comandante del ELN

El ELN es una organización rebelde, que invoca el derecho a la rebelión, alzada en armas, con 61 años de lucha en Colombia. Es un actor político actuante y protagónico en la realidad nacional.

En esa historia de lucha, ha construido una línea de actuación política y militar, con base en valores y principios éticos como parte del legado de luchas ancestrales, de los próceres de la Independencia, así como de rebeldes internacionalistas, luchadoras y luchadores sociales y políticos de las dimensiones de Jorge Eliécer Gaitán y Camilo Torres Restrepo.

En toda esa historia, el ELN ha construido su propia juridicidad, entre la que se encuentran el Código de guerra y su propio Código penal. Además es respetuoso del Derecho Internacional y se ha referenciado en los organismos que intentan regular la guerra en el mundo. Desde luego no se asume bajo el marco normativo del Estado y su justicia, justamente está en su contra, por eso es rebelde.

Es por ello que, más allá de los medios corporativos y sus intereses propios, resulta absurdo que funcionarios del alto gobierno y que dicen dirigir la guerra, se expresen con tanta vacuidad que terminan negando su responsabilidad y la función de sus subalternos.

Ejemplo de ello es el Ministro de Defensa, que ante el anuncio de la realización de un juicio revolucionario, sale a responder con frases genéricas, descontextualizadas e irresponsables con sus agentes y los familiares de estos. Al decir: “no entiendo qué hay de revolucionario en llevar sufrimiento a los hijos e hijas de nuestros policías y funcionarios del CTI”. Apela al lastimero recurso de la compasión, negando de facto el rol de los agentes y las condiciones de su retención. No se trata de civiles, son unidades de cuerpos militares y de inteligencia. En un territorio en guerra.

Lo mismo cuando se miente, en tono igualmente compasivo, diciendo que: “A pesar del dolor y la incertidumbre del secuestro, las familias de nuestros héroes no están solas y mantendremos la esperanza. Todo el Estado está con ustedes”. Tristemente, para estos agentes del Estado, sus superiores no están a la altura del conflicto y prefieren la prensa que las decisiones reales, la negación y lástima, en lugar de la diplomacia y la política. Se precisa de menos lástima y más responsabilidad.

El Ministro sabe que los funcionarios están prisioneros, esto quiere decir que están en manos de una Organización Rebelde alzada en armas contra el Estado y que tiene la capacidad de mantenerlos privados de la libertad, igual como lo hace el Estado con nuestros compañeros que están prisioneros en las cárceles.

No porque con palabras se mienta, la realidad va a cambiar. Además, luego de 61 años de lucha el ELN hace lo que tiene que hacer, con base en una normatividad fundamentada en valores y principios éticos.


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