
Por: Colectivo Antorcha Estéreo.
Sin duda alguna, el mes de mayo es un mes muy especial para nosotros como combatientes, compañeras, milicianas y luchadores del Ejército de Liberación Nacional, quienes extendemos un abrazo lleno de mucho amor eficaz a nuestras madres, que junto con el pueblo colombiano, son el motor para emprender este camino por la transformación del país. A todas ustedes, les decimos gracias por existir y por hacer de nosotros lo que somos, unos soñadores y guerreros llenos de amor hacia el prójimo, protectores de las mariposas y guardianes de las rosas, de la naturaleza, que tanto nos enseñaste a cuidar, del mismo modo que nos enseñaste a compartir con el corazón el pan, la comida, la vestimenta, y hasta los sueños colectivos, entendiendo que en comunidad todo es mejor.
A todas las madres del país las abrazamos de manera calurosa, fraternal y combativa, les agradecemos a ustedes por ser protagonistas de las luchas del pueblo colombiano, por estar en los momentos mas difíciles de nuestra amada Colombia, haciendo las exigencias durante tanto tiempo que pocos se atreven a hacer, como por ejemplo buscar a los desaparecidos por el terrorismo de estado, posicionarse en la Primera línea de mamás en el estallido social del 28 de abril de 2021, por ser madres comunitarias y cuidar a los hijos de todo el vecindario, de todo el barrio, ser madres solteras y sacar sus familias adelante, con honestidad y cultivando buenos valores, como también por empacar nuestras maletas, prender las velas y acompañarnos a nosotros, sus hijos, en el momento en el que decidimos con determinación enfrentar la tiranía, así como lo hizo Isabel Restrepo Gaviria, mamá de Camilo Torres, quien acompaño su hijo hasta las últimas consecuencias, como lo cuenta ella misma en su escrito Camilo: Mi hijo publicado en 1968, cuando relata:
– Camilo renunció a su investidura. Sufrió mucho porque le negaron oficiar la Misa. Luego pasó lo que ustedes saben. Se fue a la Sierra. Un tiempo antes vino y me dijo: “Tú estás conmigo, ¿verdad?” Yo le contesté: “Sí, hijo, enteramente”. Y él entonces me preguntó: “¿Hasta las últimas consecuencias?”. “Sí, hasta las últimas consecuencias”. “¿Hasta la muerte, mamita?”. “No, Camilo: hasta la muerte no, hasta más allá de la muerte”.
Para mí no fue el 2 de febrero de 1930 que nació Camilo. Para mí fue el 15 de febrero de 1966, el día que ellos lo mataron. Desde ese día mi corazón y el suyo son un mismo corazón, es más, el corazón que llevo es el suyo. Con ese corazón puedo brindar mi amor a todos los que aman la justicia”.
Con cariño y amor revolucionario les abrazamos, y deseamos todas nuestras felicitaciones en su mes. Especialmente conmemoramos a las madres guerrilleras, quienes en medio de las dificultades de una guerra revolucionaria, dan a luz y traen vida, cuidan y educan a sus hijos, a ellas nuestra admiración, respeto y cariño total, así como nuestro compromiso por ayudar a que su labor sea menos difícil, como compañeros pondremos de nuestra parte para que sea así. A quienes pierden sus hijos en esta gesta libertaria, va este reconocimiento y abrazo sincero.
Con amor eficaz