Movilidad en Cali: ¿un negocio redondo?
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María Camila Henao, corresponsal de Antorcha Estéreo.

En las últimas semanas, el alcalde Eder ha implementado operativos de control de tránsito en diferentes zonas de la ciudad, todo en el marco de la COP16. Estos operativos han sido rigurosos y han tenido el acompañamiento de la policía de carretera, institución que antes no tenía presencia en la ciudad. Bajo el argumento del cumplimiento de las leyes de tránsito, según las autoridades ya se han retenido más de 300 vehículos en los operativos.

Sin embargo, hay diversas opiniones al respecto por parte de la ciudadanía pues a pesar que se esté de acuerdo con el cumplimiento de las leyes de tránsito, teniendo los papeles al día y demás, se han presentado también irregularidades en los operativos, donde la comunidad ha denunciado que se está haciendo control solo de motos y no de automóviles, o que no se está siendo riguroso realmente. Como es una de las dudas respecto al incidente del bus del MIO que desde la 44 con autopista sur oriental es perseguido por automóvil hasta el batallón Pichincha, pasando por CAIs y demás, sin respuesta oportuna de ninguna de las instituciones de la fuerza armada, ni tránsito, ni policía de carretera, ni policía metropolitana respondió oportunamente.

Es evidente que los operativos por sí solos no generarán los cambios estructurales que requiere la movilidad en nuestra ciudad. El cumplimiento de la ley es uno de los muchos elementos a transformar, para poder generar una verdadera movilidad en la ciudad. Pues es necesario tener otros elementos en cuenta como el transporte público, la malla vial y la inversión.

Actualmente la sucursal cuenta con un pésimo transporte público que no garantiza la movilidad digna a la ciudadanía, con retrasos hasta de 40 minutos en el servicio, alzas en el costo del servicio, incumplimiento de pago a los trabajadores y con deudas de más de un billón de pesos, según informes de la actual alcaldía.

Esto ha conllevado a que en la ciudad después de querer monopolizar el transporte de los caleños con Metrocali y acabar con los buses, la piratería ha aumentado por la facilidad de movilidad e inmediatez que genera, pues un trayecto de una hora en MIO puede equivaler a 20 minutos en pirata. Además de la falta de cobertura de este transporte donde la gran mayoría de la población caleña vive en la ladera al occidente de la ciudad o al oriente, en zonas donde el transporte público como el MIO no llega, pero el transporte informal si.

A esto se le suma dos elementos más, por un lado la falta de garantías para una malla vial de calidad donde ya se ha denunciado por parte de la controlaría que hay un detrimento patrimonial en la maquinaria amarilla en la ciudad haciendo que las mejoras de carreteras se ralentice y por otro lado una tasa de desempleo en la ciudad, que genera salidas a la economía ‘informal’ para subsistir en la ciudad.

Estas situaciones y problemáticas a pesar de tenerse en cuenta en el discurso por parte de las autoridades en algunos casos, solo demuestra que sus prioridades son otras. Donde no se garantiza ni malla vial, ni empleo formal, ni transporte público pero si pretenden que la ciudadanía tenga que soportar sus operativos, que pueden generar control en los riesgos de accidente pero que si se tuviera en cuenta el resto de elementos estructurales en la ecuación, la movilidad no se vería como todo un negocio redondo en la ciudad.


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