
La crisis sistémica del Capitalismo se profundiza, con la ofensiva del imperialismo de los EEUU por mantener la hegemonía mundial, lesionando hasta sus propios aliados e instituciones internacionales, que antes regulaban el orden geopolítico y económico; se escalan también todos los focos de conflicto bélico. El exterminio genocida contra el pueblo Palestino por el Estado sionista de Israel, cuenta con todo el respaldo logístico y bélico estadounidense y la complicidad de la mayoría de países europeos. Esta barbarie marca un punto de inflexión ético para la humanidad y demanda una efectiva solidaridad.
Colombia, en cabeza del gobierno de Petro, sigue jugando en este escenario mundial el papel de peón sumiso del imperio y del capital. Petro se presentó como progresista socialdemócrata, poco a poco fue develando su carácter militarista y contrainsurgente. Pacta su gobernanza con la oligarquía, ofreciendo un discurso por las reformas y la paz, pero su compromiso real es contener, adormecer, captar y desmovilizar la fuerza social que se ha venido movilizando ante la situación insoportable, creada por un modelo económico, político y social injusto.
Las reformas sociales son retórica altisonante para este gobierno, que van quedando en desilusión y frustraciones para las mayorías; falsas promesas que se vuelven moneda de cambio, para negociar con la misma oligarquía. Petro hoy sale a convocar al pueblo a las calles, instrumentalizando las luchas sociales, para presionar a la oligarquía en sus negociaciones.
El gobierno de Petro en su ocaso, finaliza asfixiado por sus escándalos de corrupción, y dándole más importancia a las medidas militaristas y guerreristas propias del régimen político colombianoPETRO NO CUMPLE… LA LUCHA SIGUE. Así, Colombia volvió a tener ministro de defensa militar; se vuelve a imponer el Estado de Sitio, bajo la figura del Estado de Conmoción Interior en el Catatumbo; se compran aviones de guerra y se anteponen los gastos militares a la inversión social; se entrega la Amazonía y la isla Gorgona al control militar gringo, se patrocina y defiende a las bandas del narcotráfico y del paramilitarismo continuando el genocidio social y la crisis humanitaria.
A pesar de la desilusión que hay en amplios sectores del pueblo, tenemos la certeza que la voluntad de lucha no está adormecida. No está derrotada la insurgencia popular y el ELN seguirá firme en la construcción de los cambios verdaderos que se necesitan.
El pueblo sigue movilizado en las calles, en las asambleas, cabildos, marchas, huelgas, bloqueos, tropeles, en los muros que pintan la infamia del régimen, en los cantos populares que mantienen viva la memoria de la lucha, que no ha sido ni será derrotada. Hay que trascender los puntos mínimos de la consulta popular y retomar las agendas integrales y banderas que se han levantado en las movilizaciones de todos los sectores del país en las últimas décadas.
Las mentiras y la perfidia contra el ELN, no engañan a nadie; los hechos y la justeza de la causa revolucionaria nos da la razón y la fuerza para seguir el camino de la liberación nacional y la construcción del socialismo. Elenas y Elenos seguimos inclaudicablemente en la lucha, buscando construir las salidas a la larga noche de la violencia oligárquica contra el pueblo colombiano.
En el marco de los diálogos y negociaciones entre el gobierno y el ELN, priorizamos adelantar un proceso de participación de la sociedad, para construir la agenda de transformaciones y los cambios institucionales necesarios para lograr la paz y la justicia social. Nuevamente, el gobierno no estuvo a la altura de los compromisos y aspiraciones del pueblo colombiano e incumplió la realización de este mandato social.
La paz total es la continuidad del modelo contrainsurgente: guerra total, donde se fortalece el paramilitarismo en favor del despojo contra las comunidades que defienden sus territorios y proyectos de vida. Petro se compromete descaradamente en defender y legalizar las bandas del narco-paramilitarismo, mientras delira en insultos contra el ELN y todo aquel que lo critique.
Ante la ausencia de una política de paz por parte del gobierno, para dialogar con una insurgencia armada de carácter social y político, el ELN se ha quedado sin interlocutor. Superándose esta dificultad, seguimos dispuestos a buscar las transformaciones, con la participación directa y el poder del pueblo, que garanticen la paz para Colombia.
¡Colombia… para los trabajadores!
¡Ni un paso atrás… liberación o muerte!
Dirección Nacional
Ejército de Liberación Nacional
Montañas de Colombia
Junio de 2025