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Editorial revista Insurrección N 735

Desde antes de brotar la Pandemia, ya el Gobierno venía mal por haberse dedicado a hacer trizas la paz, a gobernar para los súper ricos y a seguir al pie de la letra los dictados de Trump.

Cuando Duque apenas completaba año y medio de Gobierno le estalló el escándalo de compra de votos en la región Caribe, primero por las denuncias de la ex Senadora Merlano y enseguida por la difusión de las interceptaciones telefónicas hechas al Ñeñe Hernández, el jefe narco paramilitar asesinado en Brasil el año pasado, quien desde el más allá ahora está espantando a Duque.

El desfile de los espantos lo completó otro capo del extinto Cartel de la Cocaína de Medellín, un millonario empresario inmobiliario, conocido como el Fantasma Acevedo, socio de la Vicepresidenta Martha L. Ramírez en empresas de lavado de narco dinero.

Además de ser ilegítimo por la corrupción con que llegó al Gobierno, lo es por dedicarse a servirle a una élite que maneja el país bajo la consigna del “todo vale” y que coloca como prioridad la rentabilidad de sus negocios, despreciando cuidar la vida de la sociedad colombiana.

Ante el COVID-19 este Gobierno en vez de tomar medidas excepcionales, ha continuado con “más de lo mismo”: corrupción con los dineros públicos, exterminio de líderes sociales, represión y militarización, linchamientos en las cárceles, Falsos Positivos contra personas inocentes, erradicación forzada de cultivos de uso ilícito, expedición de Decretos anti populares, operaciones conjuntas de militares y paramilitares, acciones de guerra contra Venezuela, entre otras.

Esta respuesta del Gobierno al pedido de Alto al Fuego hecho desde la Comunidad Internacional es una reiteración del belicismo que caracteriza a las clases dominantes; conducta que va en dirección contraria al pedido que hacen las mayorías del país de cuidar la salud y la vida de la gente, y resolver el Conflicto Interno con diálogo y una Solución Política.

La Pandemia deja al desnudo las pestes anteriores resistidas por la humanidad, lo que brinda ahora una oportunidad para hacer cambios de fondo, que estarán bloqueados por las élites dominantes, hasta que las mayorías “dejen de ser ovejas y se conviertan en leones”.

Expresamos a los afectados por la Pandemia toda nuestra solidaridad, los convocamos a luchar juntos por unos propósitos nacionales unificados, y a sumar fuerzas para abrir paso a otro Gobierno y a un mundo mejor.


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