
Por: Omaira Montoya Henao, corresponsal de Antorcha Estéreo.
El pasado 12 de enero fueron asesinadas tres personas en el bulevar del oriente de Cali. Las víctimas de la primera masacre registrada en el 2025 para Cali fueron reconocidas como Nohelia López de 74 años, Julián López de 41 años y María del Mar Mosquera de 24 años. Al día siguiente llamó la atención en redes sociales la denuncia publicada por Valentina Bedoya López, quien asegura ser familiar de las dos primeras víctimas, tratándose de una venganza del grupo “Los pescados” tras presenciar la muerte de su expareja y líder de dicha banda, John Beiker Arroyo en Cota, Cundinamarca.
De acuerdo con Bedoya López, la familia de Arroyo conforma dicho grupo, además, hacen parte de la banda criminal Los Shottas. En una entrevista realizada para Telepacífico Noticias, la mujer afirma: “Los Shottas mataron a mi familia. Si tienen familia, por favor, no se dejen comprar. Ayúdenme, hagan justicia. Que mi caso no quede en vano, porque ellos no solo me hicieron daño a mí; hay muchas familias que han sufrido por culpa de esta gente. Si algo me pasa, quiero que sepan que fueron ellos”.
Este hecho desata varias interrogantes sobre la expansión directa del paramilitarismo en el territorio vallecaucano, específicamente en las urbes del departamento. Ante la ausencia de pronunciamientos por parte de policía de Cali, se niega la presencia de esta banda. Sin embargo, de acuerdo con algunos medios, varios “expertos” en seguridad han venido anunciando el control de los Shottas en barrios al sur y centro de la ciudad de Cali como nuevas sucursales controladas por Diego Bustamante, o Diego Optra, narcotraficante conocido por liderar La Local, que a inicios de los años 2000 fue conocida como la Empresa.
Esta genealogía cobra importancia cuando nos dirigimos a los orígenes de las bandas criminales y su poder por el control de las rutas de narcotráfico en Buenaventura, con fuerte presencia en los barrios más vulnerables del puerto, tras la desmovilización del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
A hoy, tras la libertad recobrada por Diego Optra en el 2022, la conexión directa entre Shottas y paramilitarismo ya es evidente en las ciudades. Su fuerte conexión con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) han sido objeto de investigación. De acuerdo con la Org Insight Crime:
“…Los Shottas mantienen una larga relación con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) debido a sus raíces paramilitares, sustentadas principalmente en la financiación del narcotráfico. En 2021, cuando el gobierno aumentó la seguridad policial en Buenaventura para contrarrestar la escalada del narcotráfico, las AGC amenazaron con entrar en el municipio para defender los intereses de los grupos criminales. Posteriormente, los Shottas formaron una alianza comercial con una facción de las ex-FARC mafia conocida como el Frente Jaime Martínez, lo que les permitió a estos últimos entrar a Buenaventura para lucrarse del narcotráfico. Los Shottas también habrían formado una alianza con la Segunda Marquetalia de las ex-FARC mafia, grupo que actualmente busca aumentar su presencia en la zona, según una fuente de la Fiscalía de Buenaventura que habló con InSight Crime bajo condición de anonimato”.
Este informe de Insight Crime unido al hecho noticioso en la capital vallecaucana demuestra la territorialidad del paramilitarismo urbano como un proceso complejo de expansión y reacomodamiento del proyecto económico y armado que controla zonas estratégicas en la región, que muta en medio relaciones complejas con actores territoriales y que, aún así, mantiene enquistado en estructuras hegemónicas del poder en el suroccidente colombiano.
Fuentes:
Insight crime, 2023. https://insightcrime.org/es/noticias-crimen-organizado-colombia/los-shottas/
Telepacífico Noticias, 2025 https://www.youtube.com/watch?v=xJJtHy5CgZU