Justo en estos momentos de dificultad, donde la humanidad se encuentra afrontando la pandemia del coronavirus, Estados Unidos reitera su papel de gendarme del mundo. A pesar de que en su suelo el Covid-19 golpea como en ninguna otra parte del mundo al presentar el mayor número de personas contagiadas y muertas por esta enfermedad, el gobierno Trump prefiere centrar recursos y fuerzas humanas en continuar la presión de invasión militar sobre el gobierno legítimo de Venezuela con el argumento de siempre y con el que justifica sus guerras en el mundo, el narcotráfico.
La protesta de los representantes y ciudadanos
La semana pasada Trump, priorizando una política de guerra y amenaza contra Venezuela, decidió movilizar grandes contingentes de tropas y arsenal de guerra hacia las aguas del Caribe y el Pacífico, en cooperación con Francia e Inglaterra, tomando posiciones para la agresión. Igual situación se presentó en territorio colombiano donde tropas combinadas de EEUU y Colombia realizaron maniobras en la zona fronteriza con Venezuela, demostrando la cooperación de Duque-Uribe con este despropósito. En esta dirección el ministro de defensa de Colombia declaró apoyo a una posible intervención de tropas norteamericanas en la hermana república de Venezuela.
Ante esta situación un número importante de congresistas, organizaciones sociales y ciudadanos expresaron el rechazo a estas declaraciones y amenazas, y advirtieron las consecuencias negativas para nuestro país y pidieron un pronunciamiento del presidente aclarando la situación y corrigiendo el rumbo de las declaraciones y las acciones que viene empendiendo en esta dirección en el actual contexto de crisis.
En dicha misiva, los presentantes le dicen a Duque-Uribe que las repercusiones de una guerra serían catastróficas y le recuerdan que el artículo 173-4 de la Constitución Política señala que es atribución del Senado: «Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República” Y que su artículo 237-3 ordena que: “En los casos de tránsito de tropas extranjeras por el territorio nacional, de estación o transito de buques o aeronaves extranjeros de guerra, en aguas o en territorio o en espacio aéreo de la nación el gobierno debe oír previamente a Consejo de Estado”. Así mismo los congresistas y ciudadanos firmantes advierten al presidente «que el gobierno no puede involucrarse en una guerra internacional o en ejercicios militares internacionales contra una nación soberana, sin permiso del Congreso de la República.»
La carta termina haciendo un llamado para que el gobierno ponga sus esfuerzos en lo urgente, que es superar la crisis social y económica por cuenta de la propagación de la pandemia del Covid-19 y h<p style=»text-align: justify;»>aga las claridades necesarias sobre estas declaraciones: «Desviarse de este propósito para comprometer recursos del presupuesto, capital humano y capacidad institucional en una guerra para derrocar un gobierno de la región, además de infringir nuestra Constitución, resultaría ser un abuso, una ilegalidad y una trasgresión al derecho internacional. Esperamos Señor Presidente tome cartas en el asunto y nos dé respuesta a la mayor brevedad.»
A la fecha el presidente no ha hecho un pronunciamiento, en su lugar el minitro de defensa Carlos Holmes Trujillo, negó que el gobierno apoyara una intervención en Venezuela y precisó que se trata de cooperar en logística, información, inteligencia y acción conjunta para contrarrestar el “narcotráfico” en la región, en el marco de una campaña d<p style=»text-align: justify;»>enominada Orión 5. De igual forma negó la presencia de solados estadounidenses en zona de frontera.
Las razones que motivan a Trump y Duque-Uribe
No obstante, diversos medios de comunicación piensan diferente respecto a estas maniobras ejercidas por Trump y Duque-Uribe. Univisión por ejemplo, expresa que la estrategia del presidente estadounidense sería derrocar a Maduro y de esta forma ganar votos y garantizar su reelección. En igual dirección, otros medios argumentan que estas acciones en cercanías a Venezuela, persiguen atacar al gobierno Bolivariano, como correlado de la orden judicial de ese país que lo acusa de pertenercer al cartel de los soles y responsable de envio de droga a los EEUU. Estos medios asocian y asimilan la estrategia actual del gobierno Trump a la propia utilizada años atras por Obama contra Libia, cuando ese país fue invadido por la OTAN en 2011.
En consecuencia va quedando claro que estos movimientos de EEUU persiguen adueñarse de territorios, recursos petroleros y posicionar su política imperialista desgastada en el resto del continente, tal como lo hicieran en medio oriente hace dos década cuando los gobiernos de ese país retomaron la cruzada por oro negro justificada en la guerra contra el terrorismo. En esta ocasión, en cambio, es la mentira del narcotráfico, una problemática que aquí le ha servido para someter gobiernos a su tutela, establecer dictaduras e imponer sanciones a los gobiernos que no se someten al FMI y al neoliberalismo.
Esta demostrado por informes de ONGs y expertos, que las principales rutas del narcotráfico estan en el pacífico colombiano y no en Venezuela, así mismo que hace cuatro décadas EEUU impone políticas antidrogas en Colombia y a la fecha no han podido contrarestar el negocio del narcotráfico, en su lugar lo han utilizado para colocar presidentes, armar partidos y bandas paramilitares y toda suerte de estrategias macabras para impedir que el país le de vuelta a la página de la guerra y la injusticia histórica.
Como ELN reclazamos los planes guerreristas de Trump y Duque-Uribe, pues entendemos que los destinos de las naciones les corresponde determinarlo a los pueblos y no a los imperios. Hacemos un llamado al pueblo colombiano a estar alertas para impedir que se materialice esta agresión y continuar dando muestras de solidaridad con el hermano pueblo en resistencia.