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Editorial Revista Insurrección Nº 852

Comando Central (COCE)

Un 20 de julio hace 212 años proclamamos la independencia del imperio español, hoy luchamos por la segunda y definitiva independencia enfrentando al imperialismo norteamericano, que en 1903 nos cercenó a Panamá.

Con el inicio de un nuevo Gobierno se abre la posibilidad de avanzar en el logro de la paz con justicia social, pero surge la pregunta sobre cuántos obstáculos le van a colocar las élites dominantes de aquí y la de Washington, cuando en el pasado reciente los agentes de Estados Unidos (EEUU) sabotearon abiertamente la implementación de los Acuerdos de Paz firmados con las Farc, al oponerse a la sustitución voluntaria de la coca para imponer la erradicación con Glifosato, además de ejecutar planes de entrampamiento contra los excomandantes que firmaron el Acuerdo, ataque que los obligó a marginarse de este proceso con el Estado; injerencia gringa que evidencia la débil soberanía que mantiene el régimen colombiano delante de la potencia dominante.

Las élites gobernantes en Colombia han vivido en un estado de subordinación consentida ante la dominación imperialista, acatamiento que la plutocracia de EEUU les retribuye sosteniéndolos en el poder, para que sean el fiel guardián de su globalización neoliberal y de su sistema de Guerra perpetua, mientras esta simbiosis perdure Colombia no va a conquistar su segunda y definitiva independencia.

El Gobierno del Pacto Histórico que inicia este 7 de agosto anuncia una transición pacífica para pasar de la Guerra a la Paz, mientras en Washington un exasesor de Seguridad Nacional le recuerda al mundo los Golpes de Estado, que los gringos dan en otros países para imponer los intereses de EEUU, garrote que esgrimen ahora que en Colombia está en debate la Doctrina de Seguridad impuesta por ellos desde 1947, que clasifica como Enemigo Interno a quienes se oponen al régimen oligárquico, con la que han producido un Genocidio continuado contra las organizaciones sociales y políticas opositoras; en debate nacional también están la fracasada Guerra contra las drogas, los Tratados firmados con EEUU, el desangre de recursos impuesto por el FMI y el rol de peón que le asignan al país en las Guerras de la Otan, entre otros.

Ahora que los delegados de EEUU visitan a Bogotá para avisar sus términos al Gobierno entrante, quizás se tengan mayores luces sobre la posición de Washington frente a los cambios que están en curso en Colombia.

Revista completa: https://eln-voces.net/insurreccion-852/


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