Editorial Revista Insurrección Nº 899
Comando Central (COCE)
En el tercer ciclo de conversaciones en la Mesa de Diálogos, se firmaron los Acuerdos de Cuba que dan inicio a un proceso de reducción de la intensidad del conflicto armado, a la par que se da vida a una movilización ciudadana para participar en el Proceso de Paz.
Los Acuerdos sobre participación de la sociedad y Cese el Fuego, Bilateral, Nacional y Temporal son los procedimientos iniciales para poder avanzar hacia acuerdos sustanciales, que lleguen a ser una Agenda de transformaciones para la paz y una Alianza Social y Política por los cambios, con los que se de fundamento a un Gran Acuerdo Nacional.
La participación de la sociedad en este proceso busca diagnosticar las causas profundas que gestan el conflicto interno y plantear soluciones a ellas en el corto, mediano y largo plazo; enfocadas en el modelo económico y ambiental, el régimen político, la doctrina de seguridad y las relaciones internacionales. En la medida que avance el proceso de transformaciones para la paz, los colombianos no se verán obligados a acudir al supremo derecho a la rebelión, contra un régimen que los excluye, empobrece y persigue.
El Cese el Fuego acordado inicia con un cese de operaciones ofensivas entre las partes y luego se realiza de forma más amplia, siendo monitoreado por un Mecanismo de Verificación desde su inicio; cuyo propósito humanitario, apunta a aportar alivio a la gente en todo el país. En el presente Cese el Fuego se mantienen las acciones defensivas y otras sobre las cuales no ha habido acuerdo, se seguirán analizando en la Mesa de Diálogos con el propósito de poder llegar a una conclusión conjunta que permita incluirlas en el Cese.
Si no fuera por la posición invariable mantenida por Cuba como país garante de los Acuerdos de este proceso de paz, no hubiéramos logrado llegar a los Acuerdos firmados en este tercer ciclo de conversaciones; por ello reconocemos el invaluable aporte que la República de Cuba hace facilitando la búsqueda de la paz de Colombia, actitud generosa que el gobierno de los Estados Unidos penaliza con sanciones de todo tipo, las cuales deben levantar, como clama la gran mayoría de países de la comunidad internacional.
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