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Editorial Revista Insurrección Nº 829

Comando Central (COCE)

Las declaraciones del 25 de enero del padre De Roux el principal Comisionado de la Verdad, demuestran su falta de objetividad y su parcialidad para aportar al Informe Final que debe rendir la Comisión que preside.

De Roux afirmó que los narcoparamilitares liberaron a Barrancabermeja de las guerrillas revolucionarias, y que gracias al Gobierno de Uribe (2002-2010) el narcoparamilitarismo se había acabado, afirmaciones que fundamentan la narrativa de ‘Guerra sin fin’ que sostiene la ultraderecha criolla patrocinada por la plutocracia que manda en Estados Unidos (EEUU); según esta Verdad Oficial, Colombia siempre va a necesitar este tipo de libertadores para exterminar con terror a quien sea de izquierda o tenga ideas socialistas; si hay algo que esté demostrado hoy es que el paramilitarismo en vez de acabarse, el régimen lo ha generalizado en múltiples variantes, todas destinadas a impedir procesos de democratización tanto en el país como en naciones vecinas.

Bajo estas afirmaciones de De Roux es imposible alcanzar una paz estable y duradera, porque con base en ellas las élites dominantes consideran que no deben arrepentirse de hacer terror de Estado con los paramilitares, por tanto no deben garantizar la No Repetición a las millones de víctimas que causan, y si no rectifican sus prácticas genocidas ni asumen responsabilidad por ellas, ¿quién responde por ese pasado de crueldad contra el pueblo?, las fuerzas populares ¿cómo les van a creer a esas élites, que dicen estar dispuestas a asumir responsabilidad en Acuerdos de Paz para buscar un mejor futuro para la sociedad colombiana?

Sin verdad no puede haber justicia ni reparación para las víctimas, ni mucho menos garantías de no repetición, entonces ¿qué sentido tendría un Acuerdo de Paz que no satisfaga los derechos de las víctimas?: ninguno, porque la verdad y los derechos que de ella se derivan deben estar destinados principalmente a las víctimas.

Nosotros seguimos proponiendo lo acordado con el Gobierno Nacional en la Agenda de Diálogos de 2016: “en la construcción de una paz estable y duradera, es esencial el reconocimiento a las víctimas y a sus derechos, así como el tratamiento y la resolución a su situación con base en la verdad, la justicia, la reparación, los compromisos de no repetición y el no olvido; el conjunto de estos elementos fundamentan el perdón y proyectan el proceso de reconciliación”.


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