Marchas y contramarchas
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Editorial Revista Insurrección Nº 883

Comando Central (COCE)

Las manifestaciones públicas, unas a favor del Gobierno y otras en contra, expresan el previsible escenario que debe afrontar todo proyecto político que acaricia el poder con idea de nuevos rumbos; sabemos que todo intento político alternativo al régimen en Colombia trae reacciones que se cuentan en millones de víctimas.

Las fuerzas reaccionarias enfrentan este proceso de reformas así estén por ahora en el papel; aunque es la primera vez que gobierna el progresismo, no debemos olvidar que la Oligarquía cercenó a sangre y fuego los proyectos populares con perspectiva de poder como el de Jorge Eliécer Gaitán y acaba de ser condenado el Estado por el aniquilamiento de la Unión Patriótica.

El Gobierno del Pacto Histórico es una realidad que está en desventaja ante lo ya instituido y consolidado en dos siglos; esa desventaja podría ser relativa y temporal, si lograra contarse con el apoyo de mayorías y así profundizar este proceso democratizador, dándole continuidad a las grandes expresiones de fuerza del 2019 y 2021.

En las grandes protestas de dichos años la gente doblegó el miedo a la represión y a la pandemia, se levantaron con dignidad contra el hambre, salieron a marchar miles y miles de compatriotas para decir ¡no más! Se condensó así una aspiración que no es otra cosa que un torrente de esperanzas y exigencias en relación con la gran deuda social, estas expresiones de lucha confluyeron y contribuyeron al triunfo de Petro y Francia, para seguir recordándoles el cumplimiento de sus mandatos y necesidades de justicia social.

El Gobierno se mueve en una disyuntiva que puede ser estratégica. O mantiene y prioriza su alianza con la burguesía modernizante, que garantiza una gobernabilidad que destiñe las verdaderas reformas o convoca a las mayorías para avanzar en la profundización del proceso democratizador.

Su punto de partida son una reglas instituidas pero para ser coherente debe alcanzar otras. Ya Gaitán hablaba de un País Nacional y de otro País Político. El viejo régimen, que es objetivamente mafioso, corrupto, neoliberal a ultranza y que apuesta por la Guerra perpetua, persevera y actúa, saben sus decisores que está su poder en disputa, pues el pueblo en las calles puede avanzar más allá de los alcances del Gobierno y su marco de gobernabilidad. A eso temen esas castas y por eso mandan mensajes intimidatorios, sacando sus gentes a las calles y utilizando no sólo la opinión sino las armas, instituciones y sus medios de comunicación. Petro responde llamando al pueblo a manifestarse en apoyo a las reformas que apenas transitan por el Congreso.

En esa coincidente situación de marchas a favor o en contra del Gobierno, es que la Mesa de Diálogos del ELN y el Estado colombiano, retomó trabajos en México para cumplir un segundo ciclo. Esta Mesa y en ella el compromiso del ELN, se inscribe en ese torrente que debe llevar a Colombia a ser justa, democrática e incluyente, a una nueva configuración de la política, superando las herencias de la miseria y de la violencia, para que como decía Camilo, a quien recordamos esta semana en los 57 años de su caída en combate, ‘la próxima generación de colombianos no sea de esclavos’.

Revista completa: https://eln-voces.net/insurreccion-883/

Suplemento: https://eln-voces.net/camilo-torres-vive/


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