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Por: Julio García, corresponsal de Antorcha Estéreo

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció un ataque terrorista perpetrado la noche del domingo 24 de septiembre, contra la embajada de Cuba en Estados Unidos. Al parecer, un individuo lanzó dos cócteles molotov. Hasta el momento, no se reportan daños al personal ni se precisan los detalles. Es el segundo ataque violento contra la sede diplomática cubana en Washington desde abril de 2020; donde un hombre armado con un fusil de asalto comenzó a hacer disparos contra la sede de la embajada de Cuba.

Históricamente los gobiernos de Estados Unidos se han hecho los de la vista gorda con el terrorismo que se canaliza contra Cuba, donde su epicentro se encuentra en Miami. Los gobiernos de Estados Unidos han sido permisivos, ellos saben quiénes lo planifican, quiénes lo pagan y permiten que desde las redes sociales se promueva la violencia, hay un doble discurso en la política de Estados Unidos hacia el terrorismo. Porque no existe el terrorismo bueno ni el malo… es evidente que no hay una política hacia Cuba, hay es una política hacia Miami y el resultado de esta nos muestra que la política de Estados Unidos hacia Cuba está secuestrada por mafiosos, terroristas y corruptos.

Estos ataques sistemáticos solo muestran la limitada y frustrante acción de los anti-cubanos, después de su fracasado intento de convocatoria a manifestarse por la presencia de Miguel Díaz Canel en la ONU, dicha convocatoria, a la que asistieron más policías de logística que manifestantes, se vio empañada por la apretada agenda del mandatario que recibió un gran respaldo y gestos de solidaridad para Cuba en los diferentes espacios en los que participó.

Entonces ¿qué otro recurso les queda a los apátridas de la extrema derecha de Miami y a sus secuaces? mostrar su odio con un acto tan vil como el lanzamiento de dos cócteles molotov contra la embajada. Se ve en este hecho criminal una comunión con el neofascismo que ya es una realidad en las filas de la ultraderecha cubanoamericana, corrupta y abyecta.

Tras producirse el repudiable ataque, la comunidad internacional ya ha comenzado a denunciar el hecho y ha manifestado su solidaridad con el pueblo cubano mientras desde las instituciones estadounidenses continúa el silencio como ya es de costumbre.


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