Editorial Revista Insurrección Nº 846
Comando Central (COCE)
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales primaron los deseos de cambio de un número creciente de colombianos, los candidatos ganadores de forma diferente supieron cautivar a sus electores, formulando propuestas de cambio frente a la forma tradicional de manejar la política.
En las elecciones del 29 de mayo la abstención fue del 45 por ciento, la más baja de los últimos 20 años, esto quiere decir que gente con descrédito hacia las instituciones esta vez se sintieron motivados para votar por algún candidato con propuestas de cambio; esta podría ser una tendencia que se mantenga en la segunda vuelta, es decir, que haya un mayor porcentaje de votantes por propuestas alternativas.
Lo más destacado en la primera vuelta fue la votación histórica más alta por la Centro Izquierda que logra más del 40 por ciento, y, la sepultura del proyecto político de la Extrema Derecha que le dio el ‘abrazo de Drácula’ a Federico Gutiérrez, quien jugó como el candidato de la vieja politiquería o el ‘candidato fusible’, para quemarlo y darle opción a otro candidato que en el discurso se distancie del Establecimiento, para garantizar su continuidad pero recogiendo de alguna manera el inconformismo de la población.
La oligarquía colombiana, los ‘cacaos’ de la economía, los señores de la Guerra, quienes manejan el Estado, los verdaderos dueños del poder, son expertos en los juegos electorales y siempre le apuestan a los candidatos con más opciones, por eso esta vez ‘no metieron todos los huevos en la canasta’ de Fico, sino que jugaron con Rodolfo Hernández como plan B; gran parte del 28 por ciento de la votación por Rodolfo está sustentado en el voto amarrado de las maquinarias electorales de los partidos tradicionales.
Es mentira que los casi seis millones de votos que recoge Rodolfo fueron producto de la campaña que hizo en TikTok o en las redes sociales, no, ahí está la mano y el dinero de los demás Partidos oligárquicos que mandaron a votar por este candidato, que en su repertorio mental encontramos la admiración por Hitler y la discriminación a la mujer.
En las elecciones para la segunda vuelta presidencial se presentará un gran pulso entre las fuerzas que están por el cambio para Colombia y los dueños del Establecimiento, quienes harán gavilla para mantener sus privilegios; pero, esta vez no serán las viejas fórmulas contra el ‘Castro-chavismo’, que ya no convencen a nadie sino que ahora Rodolfo se presenta como el restaurador de la buena administración pública, pretendiendo quitarle las banderas transformadoras de la Centro Izquierda.
En la Colombia actual hay un gran sentimiento por los cambios que favorezcan los intereses populares, así está demostrado en las grandiosas movilizaciones de los últimos años; si ese sentir se transforma políticamente en votos, las propuestas de la Centro Izquierda podrían triunfar en la segunda vuelta por la presidencia, pero con esta oligarquía en nada se puede confiar.
Si la oligarquía vuelve a imponer sus intereses de clase en las elecciones del 19 de junio, ese sentimiento de cambio no se detendrá seguirá expresándose en múltiples formas, en las calles, en los campos, en las redes sociales, en los espacios culturales, en el pueblo, en las luchas insurgentes y en la misma lucha institucional y electoral; este país ya está cambiado y vamos hacia la Nueva Colombia.
Colombia ya tiene su camino, se viene abriendo a través de las grandes movilizaciones masivas del pueblo, también busca un Nuevo Gobierno que atienda sus aspiraciones.
El ELN independientemente de quien gane en la segunda vuelta está dispuesto a reanudar las Conversaciones de Paz; pero esta vez más que un diálogo entre Gobierno e insurgencia debe ser un Gran Diálogo Nacional, que aborde los problemas de fondo de la sociedad que son la causa de la protesta social y del Conflicto Armado.
Revista completa: https://eln-voces.net/insurreccion-846/