Carta para las compañeras y compañeros que resisten desde las cárceles #13
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Octubre 2024

Compañer@

Reciba de mi parte el mas grande y caluroso saludo, esperando que en las frías paredes de la cárcel el simple saludo de otr@ revolucionari@ nos aliente a continuar día a día.

Al sentarme y parar un poco el ajetreo cotidiano que se vive en las ciudades, pienso en los miles de compañeros y compañeras que he conocido en campos y barriadas, y pienso en la suerte que habrán corrido después de ese ultimo tinto, de esa ultima conversa, del ultimo abrazo o apretón de manos. Y sin saber que habrá sido de ell@s, en tu rostro dibujo la mirada sincera y soñadora y la sonrisa alegre y fraterna que he conocido en mis días y noches de militancia revolucionaria. Eres tu mi compañer@ a la que le dedico este escrito, pequeñas reflexiones y divagaciones que quisiera compartir y que espero en algún momento lo podamos dialogar de manera escrita y prontamente física, en libertad y construyendo junt@s el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.

Esta iniciativa de poder intercambiar palabras con compañer@s pres@s polític@s me lleno de alegría y era algo que quería hacer desde hace muchos años. Pero nunca fue con la intención de preguntar o resolver dudas que me ayudaran en mi camino, no. Siempre sentí tan cerca a es@s pres@s condenad@s por luchar, condenad@s por soñar, que lo sentía como un familiar más, un/a amig@, me dolía y me duele el olvido al que son sometidos por una sociedad acomodada, reformista y miedosa. Y por esto mismo no era cualquier familiar o amig@, era esa tía que se atrevió a pensar diferente, esa prima lejana pero rebelde que admiraba a mis cortos años y era criticada por las tías camanduleras y beatas. Era ese amigo que escuchando musica y caminando por la ciudad me hablaba de la rebeldía de jóvenes en todo el mundo luchando por un mundo en donde quepan muchos mundos, un mundo diferente al que el capitalismo nos vende como los modelos a seguir en nuestras vidas. Y yo a ese amigo, a esa tia y prima les debía la vida y era necesario darle lo poco que podía compartir. Y es eso lo que he querido y quiero desde hace muchos años, que vos compa sientas en mis palabras la sinceridad del amor, el cariño y la preocupación de quien no se conoce, pero que ama y admira con todas sus fuerzas.

 

Hay algo que me dijo una persona hace 15 años y fue que: «L@s revolucionari@s solo tenemos dos cosas seguras: la muerte y la cárcel». Esto siempre me dio vueltas en la cabeza, y descubriendo la historia trágica de nuestro país, lo empecé a ver cada vez más pragmático y certero. Pero cuando empecé también a redescubrir la otra historia, no contada por las voces oficiales o académicas, sino contadas por la gente de a pie, la historia de vida de tantas personas que dieron y siguen dando su vida, su energía, su libertad por sus territorios, por la vida digna, por el socialismo y la revolución, entendí que realmente l@s revolucionari@s tenemos seguros esos dos lugares de los que me hablaron hace 15 años, pero también tenemos asegurados enormes momentos de alegría y satisfacción plena por dar nuestras vidas por la gente mas sencilla y humilde del mundo, esto nos va a llenar de certeza y claridad de que nada de lo que hemos hecho y seguiremos haciendo va en contravía de la lucha por la humanidad, su felicidad y permanencia en un mundo en donde lo que valga sea quienes somos y no lo mucho o poco que tenemos. Nuestro camino, marcado por tantas personas, como Camilo Torres, esta basado en el caminar la coherencia entre lo que pensamos, hacemos, y eso ni mil barrotes nos lo podrán arrebatar.

Es por esto compa, que me pongo en tu lugar, porque en algún momento en los vaivenes de esta vida encaminada en la lucha revolucionaria, me llevara a recorrer los mismos caminos y pasillos que tu lo haces. Y lo digo teniendo la firme convicción de que nuestra lucha tiene un fin en la victoria de nuestras ideas y sueños, que a amb@s nos tocará vivir los triunfos de nuestro pueblo y la derrota de quienes mantienen un Estado asesino, parasitario y paramilitar, y seremos nosotr@s quienes construiremos un nueva sociedad basada en el apoyo mutuo, la solidaridad y el poder popular.

Supongo que no todo en la cárcel es optimismo, y que los malos momentos asechan, el recuerdo de familia, amig@s, compañer@s y de todo lo que nos priva la cárcel te llena de rabia y tristeza. Pero algo te puedo decir compa, que acá tenés una sola voz que te escribe pero miles que te esperan y quieren de nuevo en libertad. Que puedes tomar un papel y lápiz, o si te lo permiten un computador, y plasmar allí las palabras que se te anudan en la garganta y yo aquí con mis compas te ayudare a gritarlas al viento, que sean escuchadas. Tus dolores siempre serán mis dolores, y que de alguna forma sepas que entre revolucionari@s la solidaridad y el amor no es solo palabra escrita, es acción.

Te dejo por esta ocasión, esperando que de alguna forma este dialogo que quiero entablar contigo tenga alguna continuidad y me cuentes sobre vos, tus sueños, tus miedos y sentires. Y que sepas que acá tienes a un/a compañer@.


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