
Por: Camilo Henao, corresponsal de Antorcha Estéreo.
El día 18 de diciembre del 2024, fueron encontrados los primeros restos óseos en la escombrera de Medellín después de que se retomaran las búsquedas en este lugar en mayo del mismo año, búsquedas llevadas a cabo por organismos de la JEP, y que responden a las peticiones hechas por varios gremios del movimiento social con el fin de esclarecer los hechos ocurridos en la operación Orión en la que actuaron paramilitares y fuerzas estatales en conjunto orientados por el presidente de esa época, Álvaro Uribe Vélez bajo la excusa de sacar a los insurgentes de la comuna 13 en el año 2002, y en la que se dice, botaron los cuerpos de las personas desaparecidas en este lugar.
Un mes después de haber encontrado los primeros hallazgos, el 7 de enero 2025, encontraron dos nuevos restos óseos pertenecientes a una mujer y a un hombre que habían sido reportados como desaparecidos en el contexto del conflicto armado. Los restos de la mujer, se comprobó pertenecen a una víctima que realizaba actividades sociales relacionadas con el deporte, y quien fue sacada de una reunión en la que se estaba planeando una actividad futbolística para después ser desaparecida; y los del hombre pertenecen a una persona que tenía capacidades diversas motrices y mentales, situación que demuestra que aquel lugar que históricamente la oligarquía paramilitar del país había querido tapar, ha empezado a hablar para mostrarnos la verdad.
Una vez el país conoció los hallazgos encontrados por la JEP, las diversas voces empezaron a escucharse, la que sonó mayoritariamente fue la de los diferentes movimientos sociales quienes empezaron a hacer una ola comunicativa principalmente, en todas las principales ciudades del país y hasta en otros países como Berlín, pintando murales con la frase “Las cuchas tienen razón” haciendo alusión a que las madres buscadoras que nunca han dejado de buscar y de denunciar los hechos atroces llevados a cabo por el Estado colombiano de la mano de los paramilitares. Visibilizando y denunciando que al fin estaban siendo tomadas en cuenta y que las investigaciones les estaban dando la razón, pero por otro lado, también se activó la campaña mediática de borrado de memoria por parte de los sectores de la derecha que con todos sus poderes, buscan desaparecer la memoria del sentido común de las personas para lavarles las caras a quienes ellos consideran sus mecías, no les basta con desaparecer físicamente a las personas y asesinarlas, también quieren que se les sea olvidadas, estrategia clásica para mantener a las mayorías quietas, sin indignación y con temor.
Ante esto, los sectores populares respondieron, pues se activaron jornadas de memoria y de resignificación de los territorios a través de jornadas culturales con las que se buscan darle reconocimiento a las víctimas y hacerle frente a quienes quieren que el olvido sea una matriz en Colombia, situación que demuestra que la organización popular y la acción desde todos los campos de lucha, son lo único que nos llevaran a la construcción de una sociedad justa y digna.
Finalmente, hay que dejar en claro que no podemos tomar esto como un caso aislado, pues el modus operandi de la derecha en los territorios consiste en grandes rasgos en lo mismo, asesinar a quienes consideran sus enemigos a través del brazo paramilitar y de fuerzas estatales que están a su disposición, para después justificar su muerte de cualquier manera posible, y de no lograrlo, hacer que el país se olvide de las cosas cometidas por este sector político con el fin de mantenerse en el poder,
No olvidamos, no perdonamos, accionamos para mantener viva la memoria y para contrarrestar lo realizado por quienes atentan contra la vida con tal de no perder su poder.