
Editorial Revista Insurrección N° 1017
Comando Central (COCE)
Alejados del ruido electoral, a escondidas del país avanzan en Catar las conversaciones de Petro con el cartel del Clan del Golfo; para reforzarlas, el 5 de septiembre expidió la Resolución presidencial 294, que les otorga un estatus político, para ser parte contendiente del Estado.
Este tipo de reconocimiento como sediciosos a narcoparamilitares, como los del Clan del golfo, ya lo intentó la presidencia de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), pero no lo logró, porque la Corte Suprema de Justicia se lo impidió en 2007.
Esta es una nueva traición del gobierno al pueblo que lo eligió, pues el Clan del golfo ha sido el principal responsable del arrasamiento y sometimiento de comunidades enteras en varias regiones del país. Por lo que nombrarlos como “Ejército Gaitanista”, es la más infame de las burlas a las víctimas y a la memoria del gran líder nacional, que es Jorge Eliécer Gaitán.
La Resolución 294 va articulada a la política llamada de Paz Total, hecha para hacer concesiones estratégicas en las negociaciones con bandas y este cartel, en la vía de mejorarles el estatus político y con ello posibilitar reconocimientos jurídicos y económicos, ya contemplados por delante en el Proyecto de Ley del Ministro de Justicia.
Es la recapitulación de los procesos de reciclaje paramilitar ya vividos en Colombia, pues con estas argucias jurídicas buscan procesos de favorabilidad y reconversión; hay que recordar que el Clan del golfo proviene de lo que fueron las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que después fueron el clan Úsuga, los Urabeños, etc. Es decir, son una continuidad del proyecto narco paramilitar, en su continuo reciclaje por parte del Estado.
Lo cierto es que al Clan del golfo no pueden disfrazarlo de contendor o antagonista del Estado, ni ocultar la negociación encubierta entre partes del mismo Estado. A la vez que al presentarlo como contendor, encubren la guerra Proxy que ejecutan usando a estos narcoparamilitares.
Lo que hace el gobierno no es solo el lavado de cara a un cartel, es el lavado de los activos acumulados en el negocio del narcotráfico y el arrasamiento de tierras a los campesinos. Este lavado de dinero del narco es la plataforma de los monopolios económicos y los clanes de la derecha, que serán directamente beneficiados con los acuerdos con esta banda, ventaja que esperan usufructuar de inmediato en la contienda electoral de 2026.
Este lavado de cara del Clan del golfo traerá mayores niveles de impunidad y continuidad del ciclo de la guerra en Colombia, cargo que Petro deberá asumir ante el pueblo y la historia.
El llamado es al pueblo, para denunciar la fracasada estrategia de pacificación, permaneciendo firme en la búsqueda de la paz con justicia social, movilizándose por una solución política del conflicto, luchando contra el “todo vale” como medio para conseguir objetivos nacionales, a la vez que se garantizan los derechos de las víctimas.