“Los estudiantes no pueden permanecer indiferentes frente a los hondos
problemas sociales que conmueven la vida nacional en los momentos que
vivimos (SIC) Consideramos que el empirismo político en que hemos vivido
debe sustituirse por la política basada en el estudio serio, constante y completo
de la realidad nacional. En tal sentido, la acción estudiantil frente a los
problemas sociales debe llenar dos aspectos: teórico y práctico. El primero
consiste en un estudio sólido de los problemas sociales[…el segundo] la práctica
consiste en luchar por la difusión y aplicación de los resultados de ese estudio a
la resolución de los problemas nacionales”
IX Congreso Nacional de
Estudiantes, 1932, México.
La historia del movimiento estudiantil en el mundo está atravesada por diversas expresiones de lucha tanto de corte antisistémico como de corte reivindicativo. La radicalización de estas luchas y la respuesta de terror y represión estatal, han llevado a que el estudiantado encuentre un papel importante en las guerrillas que se extendieron desde el siglo XX en los distintos continentes.
El cordobazo o movimiento estudiantil de Córdoba de 1918 en Argentina, que llevó a varios meses de huelga y tomas universitarias, tuvo también por característica la construcción de un manifiesto como resultado de las diferentes luchas, el cual planteaba el cambio de pensamiento y la reestructuración del alma mater, hacia una nueva función emancipadora del pensamiento humano.
Por otro lado, el denominado mayo francés del 68 nos mostró las exigencias identificadas por estudiantes universitarios, los cuales planteaban la eliminación de los Estados dictatoriales. Se considera esta como una revolución con raíces culturales. Ayudada por la efectiva estrategia comunicativa con carácter panfletario, la cual mostró al mundo que los estudiantes están dispuestos al combate cuando se haga necesario. Las barricadas de los estudiantes franceses fue una de las herramientas más usadas y popularizadas a nivel mundial.
En México tuvo lugar otro hecho histórico en el que estudiantes universitarios tuvieron un papel importante, esta vez como víctimas. La llamada masacre de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, donde docentes, estudiantes universitarios y de secundaria se aglutinaron en una gran movilización en la Plaza de las Tres Culturas, exigían el retiro de las fuerzas militares de los campos universitarios y rechazaban los tratos violentos ordenados previamente por el presidente Echeverría y que tuvo como desenlace la muerte de más de 200 personas.
Asi mismo, en Colombia se vivieron huelgas estudiantiles en la cual estudiantes universitarios en la ciudad de Bogotà, un año después de la masacre de las bananeras perpetrada el año de 1928, salieron a las calles a denunciar las políticas agresivas del Gobierno. Dicha huelga tendrá como resultado trágico el asesinato del estudiante universitario Gonzalo Bravo, por parte del Ejercito colombiano el 7 de junio de 1929 durante el gobierno del presidente Miguel Abadía Méndez.
25 años después, el 8 de junio, los estudiantes universitarios de nuevo dando lecciones de beligerancia y descontento social, salieron a las calles conmemorando la muerte de Gonzalo Bravo. La respuesta a la manifestación fue similar, el asesinato del estudiante universitario Uriel Gutiérrez.
En rechazo a este asesinato el 9 de junio los estudiantes de la ciudad de Bogotá salieron de nuevo a las calles. Como resultado el Ejército, recien llegado de la guerra de corea, acciona sus armas dejando más de una decena de muertos en las calles bogotanas, todo por orden del dictador Rojas Pinilla. Estos hechos desembocaron en lo que conocemos como el 8 y 9 de junio, día del estudiante combativo y revolucionario.
Las luchas estudiantiles siguen vigentes en nuestro continente y en los rincones del mundo, donde los estudiantes universitarios consideren necesario el cambio de paradigma hacia uno que aporte a nuevos gobiernos y nuevas naciones más humanas, basadas en el poder popular como su consigna. Es así que estas luchas siguen vigentes y mantienen vivas en nuestras consignas de combate, así han perdurado en estos último cincuenta años. Todos estos momentos históricos para los estudiantes universitarios, convergen hoy en Colombia, donde sigue presente la lucha por la construcción de un modelo educativo socialista y que abra trocha hacia la nueva nación que día a día los/as elenos/as seguimos construyendo.
Es por tanto que desde el ELN, nuestras consignas más importantes le apuestan a la construcción de una educación nueva y liberadora como diría Paulo Freire, y tal como está estipulado en nuestro manifiesto de Simacota. El momento actual también convoca a los estudiantes universitarios y a nuestra organización guerillera a jugar un papel más sobresaliente en la lucha por la educación, no solo por estos hechos históricos, sino porque hoy requerimos de la juventud universitaria para disputarse las transformaciones que requiere el país, en la que plasmen la educación construida desde el poder popular y por un nuevo gobierno.