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Por: Joseph Velasco Torres

Los indicadores económicos siguen reflejando el estado precario de nuestro país. Cuando se sigue insistiendo en que la reactivación de la economía va por buen camino teniendo en cuenta el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que para al 2021 fue de 10,6%; otros factores aterrizan a los colombianos para no dejarse llevar por la ilusión estadística de una cifra, de la que Iván Duque hace propaganda política en medio del desastre económico de su administración.

Y es que las cifras de crecimiento son apenas esperables, ya que en el 2020 la economía cayó alrededor del 7%. Por lo tanto, dicho crecimiento disparado se debe a un “efecto rebote” producido por la reanudación de muchas actividades que pararon en pandemia, entonces es lógico que en 2021 se haya crecido de otra manera.

Detrás del 10,6% y lo que el gobierno no muestra.

El crecimiento económico muestra la reanudación de una parte de la dinámica económica o reactivación de ciertos sectores, esto no implica que la economía se haya recuperado o se esté recuperando.

Mayor pobreza que en pre-pandemia

Las cifras de pobreza después de aumentar en la pandemia se siguen sosteniendo: 3,5 millones de personas en condición de pobreza y 2,7 millones en pobreza extrema [1]. No se han visto políticas públicas efectivas para mitigar estos efectos, el ingreso solidario no es suficiente como subsidio a la demanda si los empleos no se recuperan, la inflación sigue desbordada y la política de aumentar tasas de interés del banco de la república restringen el consumo de los hogares. Por lo que el crecimiento del PIB se ve reflejado en las utilidades de las empresas pero no en la dinámica de los hogares.

Desempleo que profundiza la vida precaria

Mientras tanto el desempleo sigue siendo una constante que no va de la mano con el crecimiento. De los sectores que más han aportado al crecimiento son la industria (manufacturas) y el comercio con 6,6% y 8,9% respectivamente [2], pero la dinámica de los empleos no ha evolucionado de la misma manera, ya que el sector de manufacturas no es muy intensivo en mano de obra y las empresas han optado por ahorrarse los costos salariales en favor de sus utilidades. Por otra parte, el comercio ha encontrado alternativas en el comercio electrónico (e-commerce), que hace que muchos empleos perdidos, en especial los de muchas mujeres sigan alimentando las cifras de desempleo.

En el caso del panorama laboral de las mujeres, la situación es más compleja, ya que para diciembre de 2021 aun quedaban por recuperar 4,2 millones de empleos [3]. Si se tiene en cuenta que la estructura laboral de nuestro país está caracterizada por la alta informalidad de la que participa un gran porcentaje femenino, que las mujeres asumen las responsabilidades familiares y realizan trabajo doméstico no remunerado; y la brecha de desempleo entre hombres y mujeres es 11,2% vs 19,4% para Enero del 2022, el empleo y la recuperación de la economía todavía es lejano con las actuales políticas del gobierno. Recuperar la economía implica tener puestos de trabajo, cerrar la brecha de género y garantizar el consumo de los hogares. Pero sin empleo no hay ingresos y no se pueden dinamizar los mercados.

Inflación que afecta a los pobres

La inflación ya supera el 8% anual según los últimos reportes del DANE [4], por lo que el pequeño aumento del salario real a principios de año, podría estar rebasado con el incremento de precios si la tendencia continúa así, y con ello la desaparición de la capacidad de compra de los colombianos. El instrumento de política monetaria para subir las tasas de interés de referencia por parte del Banco de la República tampoco han servido para contener la inflación, estas medidas por el contrario han restringido el consumo y encarecido el crédito para pequeños empresarios. Si sumamos la situación entre Rusia y Ucrania en Europa, la influencia en nuestro país afecta al sector agrícola con los insumos importados de esa parte del mundo. Entonces, se trasladará más inflación en los alimentos.

La tendencia al alza de la inflación afecta a los colombianos más pobres, ya que se destina una mayor proporción del ingreso a los alimentos, y este ítem es el que más impulsa el crecimiento de los precios.

La recuperación debe ser orientada a garantizar que los hogares tengan acceso a bienes y servicios, pero la política monetaria con altas tasas de interés y un contexto de inflación no controlada, lo que hace es negar la posibilidad de vida digna para las personas.

Un país que orienta la política económica como si fuera una potencia

El momentáneo aumento del precio del petróleo es un alivio temporal debido a la coyuntura de conflicto, que refleja la errática estructura económica de nuestro país, dependiendo de las rentas petroleras, y que por se pequeño no tiene ninguna influencia en los precios del mercado internacional. Por lo que está sujeto simplemente a seguir el ritmo que imponen las potencias y a adaptarse así sea en detrimento de la población.

Los gobernantes han impulsado durante muchos años una política económica que es servil a los Estados Unidos, por ende, no sirve para satisfacer las necesidades de los colombianos, sino de pequeños grupos de empresarios que alimentan el poder del norte teniendo un aliado que solo asiente y cumple según sus intereses.

El cambio en nuestro país requiere que la política económica se reestructure para tener independencia económica, teniendo como centro el impulso del aparato productivo de acuerdo a los intereses de la nación y su pueblo.

[1] El nuevo siglo. Desempleo, inflación y pobreza: los cocos en 2022 https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/12-31-2021-desempleo-inflacion-y-pobreza-los-grandes-cocos-de-la-economia-para-este-ano

[2] Periódico Portafolio. Industria y comercio crecen pero el empleo no reacciona. Edición del 15 de Febrero del 2022.

[3] Periódico Portafolio. Panorama laboral para las mujeres tras la pandemia.

[4] Banco de la república. Índice de precios al consumidos (IPC). https://www.banrep.gov.co/es/estadisticas/indice-precios-consumidor-ipc .


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