Qué hacer con las instituciones
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Editorial Revista Insurrección Nº 914

Comando Central (COCE)

Surgen voces que claman para que los cambios no estrujen las instituciones, pero es tan grande la desfiguración de propósitos para los que fueron concebidas, que debe repensarse la calidad de las transformaciones que requieren.

Durante la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas revisaron situaciones críticas como la Guerra en Ucrania y el Cambio Climático, sin la presencia de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, solo Estados Unidos habló de “reconstruir la confianza”, mientras atiza los grandes conflictos geopolíticos, retórica que recuerda la urgencia de transformar la gobernanza mundial.

En Colombia sucede algo parecido, la tal democracia representativa dejó de representar a la mayoría de la sociedad para solo servirle a un reducido grupo de intereses plutocráticos, perfidia organizada desde la base del sistema electoral donde grupos poderosos compran los candidatos y luego estos al quedar elegidos, actúan solo en función de sus patrocinadores, resultando toda esta trama en una captura del Estado por parte de intereses mafiosos y del capital parasitario. Peor ocurre con los entes estatales creados para el control, porque están en manos de facciones que cumplen con el doble encargo de denunciar a sus oponentes mientras encubren a los de su facción.

Es tal la ruina del sistema que alguno de sus referentes dijo que se enriquecía más con este tipo de actividad política que con el narcotráfico, por lo que puede decirse que la mayor actividad ilícita que se hace en Colombia es la autodenominada política, fuente a su vez de la mayor economía ilegal; así las cosas hay que preguntar, ¿de qué profundidad son los cambios que demandan estas instituciones podridas?

Desde el Ejército de Liberación Nacional seguimos actuando bajo el precepto de no impedir el voto ni empujar a votar, además la declaración final del último ciclo de conversaciones de la Mesa de Diálogos de Paz que sostenemos con el Gobierno Nacional, expresa que el cumplimiento del cese bilateral aporta a crear un mejor clima para las elecciones de octubre; también la democracia directa, que significa la participación de la sociedad en el logro de la paz, es otro de los aportes que hace esta Mesa para que sea el pueblo el protagonista de la solución política del conflicto, generando una agenda de transformaciones que le de sustento a la paz que reclama Colombia.

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