COMPARTE

Editorial Revista Insurrección N. 667

Enviamos un saludo de todo el Ejército de Liberación Nacional a la Colombia humilde, que nunca ha conocido la paz y a quien hemos acompañado en sus luchas, en un esfuerzo común por más de medio siglo, porque así nos lo inculcaron nuestros maestros, encabezados por el sacerdote guerrillero Camilo Torres Restrepo.

A esa Colombia que ha llorado muchas veces en silencio a sus muertos, desaparecidos, amenazados, desplazados o exiliados y obligada a ello, porque hacerlo en público o reclamar, es correr esa misma suerte.

A todas y todos ellos, el ELN nacido de su seno, les desea un fin de año de optimismo, firmeza y decisión, para seguir luchando por los sueños y el objetivo de justicia, equidad social, democracia y soberanía, con la convicción que cuanto más difícil sea la realidad, más cerca estará la posibilidad de alcanzar la meta.

Por ello, jamás defraudaremos a quienes siguen convencidos que la rebeldía popular es el camino, que acerca la victoria de pueblos, como el nuestro, a quienes no les es permitido recorrer el camino hacia de la victoria, por las vías democráticas.

A quienes piensan que estamos equivocados, les decimos que lo corroboren conociendo la trágica historia colombiana gobernada con mano de hierro por los señores del poder, a través del camino de la guerra contra las mayorías, en más de 500 años de dominación, exclusión violenta y empobrecimiento de la sociedad.

En los últimos 25 años, el ELN ha dedicado valiosos esfuerzos por la paz, asignando a ello a sus mejores dirigentes, buscando unas negociaciones de paz por las vías del diálogo, sustentando que el futuro de Colombia no es la guerra, sino una salida política del conflicto.

La respuesta de los señores del poder frente a ello ha sido exigirnos la rendición, la desmovilización y la“reinserción, sin que ellos se dispongan a concretar cambios de fondo, que superen las causas que originan la guerra.

Examinando lo ocurrido a las guerrillas que han negociado con los Gobiernos desde 1953 hasta este 2018, el balance es escalofriante, todas ellas han terminado absorbidas por el sistema contra quienes se han enfrentado, sin que nada cambie; han sido asesinados sus mejores cuadros o relegados al más cruel silenciamiento y olvido. Otros, contados con los dedos de la mano, empeñados en defender cambios desde la legalidad, son perseguidos, amenazados o estigmatizados de “terroristas” o de ser “redes de auxilio a la subversión”.

El año que termina deja el desastroso saldo de casi 300 líderes asesinados, mientras el presidente Duque justifica su lucha por la legalidad, llamando al uso generalizado del poder del régimen, contra quienes critican y reclaman.

La grave crisis que enfrenta la implementación de los Acuerdos de Paz con las FARC, donde quedan más de 80 de sus miembros asesinados, el cercenamiento radical de lo acordado y un debate interno sobre qué hacer ante tantos incumplimientos, al ver frustrada su buena fe, y amenazadas sus vidas.

La Mesa de Conversaciones entre el Gobierno y el ELN, Duque la ha llevado a su más grave crisis al desconocer los acuerdos logrados con el anterior Gobierno, al no nombrar su delegación de diálogos y exigir condiciones inaceptables para reiniciar las conversaciones.

Los pueblos alcanzan la paz al calor de sus propias luchas, ¡vamos entonces a alcanzarla!, ingeniando múltiples formas, sabiendo que ni el régimen, ni sus Gobiernos se disponen a ella, porque la guerra les deja más ganancias, que la paz que reclama el pueblo y la nación.

Y mientras a la paz no le apuestan desde el poder, los planes belicistas avanzan en todo el país en particular en los territorios donde están los acumulados guerrilleros del ELN, porque según dictaminó el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, “al ELN hay que hacerlo sangrar primero, para luego negociar con él”.”

Estamos realizando un cese unilateral por Navidad y Año Nuevo, pero Duque y sus militares respondieron, que no darían tregua al ELN, porque su propósito es combatirnos los 365 días del año. La ofensiva militar que crece en nuestros territorios, la sorteamos esquivando los enfrentamientos, pero sin renunciar a la legítima defensa.

El acoso del Gobierno contra la población lo siguen aplicando con la reducción del presupuesto de educación y salud, mientras crece el de la guerra; a lo que suman los impuestos y el mísero aumento del salario; mientras la corrupción crece hasta niveles escandalosos dentro de la élite dominante. Desmadre del país que es resistido desde la sociedad con una amplia movilización ciudadana. En medio de esta dura realidad, nos motivan y alientan las justas luchas del pueblo.

Le expresamos al pueblo y a la nación colombiana, que somos parte de las luchas del continente y del mundo por la democracia, la soberanía y la paz; somos pueblos hermanos y en ese torrente construimos los sueños y la esperanza del futuro.

Finalmente queremos darles a todas y todos un abrazo fraterno de fin de año, para que recibamos el 2019 de complejos retos, con fortaleza y convicciones priorizando todo lo que nos une y no, lo que nos distancia.

Ni un Paso Atrás, Liberación o Muerte

Comando Central

Ejército de Liberación Nacional

Montañas de Colombia

30 de diciembre de 2018


COMPARTE