COMPARTE

Los Estados Unidos (EEUU) se retiran de sus Guerras en Asia occidental por la incapacidad de su economía para soportar su estrategia militar, por el contrario la Guerra contra las drogas cumple 50 años y por las ganancias que les reporta el imperio busca que sea su Guerra perpetua.

El 17 de junio de 1971 el Presidente Richard Nixon declaró el consumo de drogas como el principal enemigo de EEUU y lanzó una Guerra mundial contra los países productores de cultivos de uso ilícito, medio siglo después en esa nación las muertes por sobredosis se han multiplicado por 20; el Movimiento las Vidas Negras Importan rechaza tal Guerra contra las drogas como una ofensiva racista que mete a la cárcel apenas a los empobrecidos y excluidos, a la vez que dos tercios de los estadounidenses consideran que debe despenalizarse y regularse el uso de las drogas.

La Agencia de la ONU contra las drogas y el delito (Onudc) que encabeza el sistema internacional de control advierte que la Guerra contra las drogas genera nefastas “consecuencias no deseadas”, porque las drogas al ser prohibidas su rentabilidad es enorme, el mercado clandestino se agiganta lo que hace crecer las plantaciones, se multiplican los Cárteles que corrompen las instituciones y hacen pulular las pandillas produciendo un exterminio de la juventud, el miedo se convierte en el principal arma de control social y el lavado de narcodinero lubrica a la banca internacional.

En 2009 el tráfico de sustancias ilícitas generó 84.000 mil millones de dólares de ganancias, gran parte de estos los renta el tráfico de las 2.000 toneladas de cocaína que consume el mundo, dos tercios de ella salen de Colombia, pero el campesino cultivador apenas recibe el uno por ciento de ese valor, lo que demuestra el éxito de esta Guerra, en la que los campesinos son declarados objetivo militar mientras los reales beneficiados de este tráfico son los súper ricos del sistema financiero internacional; así, los EEUU ganan dinero y hegemonía al controlar a su población y la de los países que sojuzgan con el terror de esta Guerra, cuyos efectos son un fin buscado y no un daño colateral como los llama la Onudc.

Esta Guerra sin fin es un éxito para los potentados de EEUU mientras significa Genocidio, depredación, miseria y sometimiento para nuestros pueblos, por esto Bolivia expulsó a la DEA de su territorio para lograr el manejo soberano de su política nacional.


COMPARTE