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Hechos como la Carta al Papa Francisco enviada en días pasados por 750 organizaciones, personalidades y ciudadanos del país y el exterior, al igual que múltiples expresiones de distintos sectores de la sociedad y de la comunidad internacional, nos alientan a persistir en los esfuerzos por buscar una solución política del conflicto, para construir un acuerdo de paz; a pesar de la actitud contraria y belicista del Gobierno del Centro Democrático.

De nuestra parte, acogemos el espíritu y llamado de dicha carta. En ella nos dicen:

“Exhortamos al Gobierno Nacional y al ELN para que realicen su mejor esfuerzo a fin de reanudar con prontitud y sin dilaciones la Mesa de Diálogo… Sabemos que muy pronto Su Santidad y el Presidente Duque se van a encontrar en el Vaticano, por ello queremos expresarle, muy respetuosamente, que por favor invite a este Gobierne a consolidar la implementación del acuerdo de paz, asi mismo, a reiniciar la Mesa de Diálogos de paz con el ELN”.

Reiteramos lo que ya le hemos expresado al país y al Gobierno. Cuenten con nosotros para proseguir en un proceso tendiente a conseguir el fin del conflicto armado y acordar transformaciones para Colombia, tal como lo estipula la Agenda de Conversaciones de Paz. Cuenten con nosotros para acordar un nuevo cese al fuego bilateral y para adelantar un proceso de paz, en el que la sociedad tenga un papel protagónico. Cuenten con nosotros para lograr la meta de sacarla violencia de la política y colocar en el centro los derechos de las víctimas. Estamos del lado de las mayorías nacionales que buscan pasar la página de la guerra y lograr la paz.

Es lamentable que esta administración de los seguidores del expresidente Uribe, se haya dedicado en sus primeros 75 días de Gobierno, a “hacer trizas” lo avanzado en los procesos de paz, desconociendo lo acordado hasta ahora y tratando de imponer condiciones previas para proseguirlo. Este Gobierno no se ha dispuesto al diálogo.

Uribe a través de Duque exige que el ELN cese sus acciones, mientras las Fuerzas Armadas del Estado arrecian su ofensiva militar y de guerra sucia en los territorios, y mientras el régimen mantiene el genocidio contra los líderes sociales; e incumple la implementación de los acuerdos hechos con las FARC. Además de desatender reclamos tan justos como los del incremento del presupuesto para la Universidad pública, y el desarrollo de los planes de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.

Este Gobierno va por el camino equivocado, así no camina el país hacia la paz, porque provoca nuevas guerras internas, como la que incrementa contra los campesinos cocaleros; y la que quiere imponer el presidente Trump contra Venezuela.

La lucha por la paz y la democratización en Colombia cada vez tiene más fuerza y cuenta con más respaldo. Si este movimiento se fortalece y multiplica la presión social, Duque y su Gobierno obligatoriamente, quieran o no, se verán obligadosa continuar con el esfuerzo por la conciliación y una solución política del conflicto; y tendrá que dejar de “hacerlo trizas”.

Reiteramos a la élite gobernante que estamos dispuestos a dialogar y a acordar sobre todos los temas del conflicto en la Mesa de conversaciones y no por fuera de la misma, ni presionados por requisitos previos. Este proceso de paz lo construimos mediante esfuerzos bilaterales que rebajen la intensidad del conflicto, y no con exigencias unilaterales, como la que pretende la cúpula militar, para que “peleemos con un brazo amarrado atrás”.

Les recordamos a las clases dominantes en Colombia, que para superar este conflicto y avanzar hacia la paz, ambas partes debemos demostrar voluntad de cambio y de conciliación; haciendo realidad la meta de “verdad toda, verdad todos”, que permita asumir responsabilidades por los hechos del conflicto, y dar garantías de no repetición a las víctimas. Esta es nuestra convicción y esperamos la misma de quienes han gobernado al país los últimos 70 años.


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