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Una colcha de retazos.

Se aprobó la ley de financiamiento con todas las maromas que pudieron hacer en el congreso, la movilización de la gente presionando en la calle provocó el hundimiento de ciertas medidas regresivas e inequitativas. Sin embargo el gobierno nacional logró sus objetivos principales: Beneficiar a las empresas y abonar el camino para que lo que no se pudo hacer en 2018 se haga poco a poco en el transcurso del 2019.

Esta reforma tributaria dicen, recaudará entre 7,1 y 7,5 billones de pesos, solamente la mitad de los 14 billones que le faltan a las obligaciones gubernamentales. Lo sorprendente del asunto, es que diferentes académicos y conocedores del tema planteaban que alrededor de 9 billones de pesos se dejan de recaudar por excesivas exenciones a las empresas, pero como la naturaleza de esta ley no es la preocupación por el país, ese tema apenas fue mencionado en los debates y los señores del poder lograron invisibilizarlo para no generar más reacciones en contra de las que tenían, también lograron evadir las propuestas alternativas de la bancada de la oposición. En últimas fue una mini reforma que al final ni siquiera alcanzará a recaudar esos 7 billones y que en uno o dos años volverá a despertar el fantasma de los impuestos para las clases populares debido a tanta improvisación.

El salario subió 6%, la inflación 3,18% al cerrar el año y los precios de los alimentos presentarán alta variabilidad por la ola de calor. Alicia Arango e Iván Duque se autoalaban porque según ellos es el aumento real más significativo de las últimas décadas, pero lo que nos encontramos nuevamente es que esas palabras tan dulces para los oídos no son verdad. Pues a la vez que hablan por los micrófonos a su servicio, Alberto Carrasquilla dice en recintos menos visibles que en 2019 habrá un duro recorte en el gasto público, no es sorprendente pero es necesario volver a decirlo, denunciarlo y tomar medidas para que no gobiernen como se les da la gana. Entre esos recortes se eliminará principalmente subsidios a salud y educación, además de los tan anhelados subsidios a las viviendas por los colombianos.

Para colmo de males, según las informaciones del ministerio de hacienda los montos faltantes para el presupuesto en 2019 son los siguientes (En millones de pesos):

-Defensa y policía…………….. 6.200.000
-Salud…………………… ……..3.000.000
-Inclusión social………………..1.922.000
-Atención a población vulnerable….1.506.000
-Subsidios eléctricos y de gas…..1.218.000
-Fondo de reparación de víctimas..1.000.000
-Agropecuario…………………..800.000
-Ambiente……………………….40.000
-Ciencia y tecnología……………50.000
-Deporte…………………………39.000
-Educación………………………755.000
-Hacienda……………………….50.000
-Ministerio del interior………….188.000
-Atención a líderes sociales……..145.000

Indigna que el mayor monto que falta es el destinado para las instituciones de guerra, lo que quiere decir que los recortes de recursos públicos irán a cubrir fundamentalmente ese déficit, cuando actualmente existen las urgencias en los sectores de salud que está en crisis y educación, por la que los estudiantes se siguen movilizando. Contrario a resolver esas prioridades de derechos fundamentales lo que hacen es anunciar el recorte de los subsidios en dichos sectores. Y por supuesto que esos recortes no serán pequeños, pues serán entre 1,5 y 5 billones de pesos, lo que encarecerá la vida de los colombianos y colombianas.

Los lacayos del grupo de lima.

Mientras en nuestro país tratan de avanzar con el plan económico de la burguesía y el pueblo se niega a aceptarlo, utilizan la actualidad del vecindario para que no prestemos mucha atención a la situación interna.

El 10 de Enero se posesionó como presidente para un segundo periodo Nicolás Maduro en la república bolivariana de Venezuela, presidente legítimo elegido por las mayorías en su país. Previo a ello se reunió el denominado grupo de Lima, conformado por algunos países de la región con el objetivo de desestabilizar a Venezuela siguiendo los intereses de Estados Unidos, publicaron una declaración solamente para decir que desconocen a Maduro y que cada país que firmó esta declaración busque sus propias medidas para seguir bloqueando al gobierno bolivariano a cualquier costo. Algunos medios que no tienen descaro de nada, impulsan la matriz de que “Maduro está cada vez más solo” mostrándole a la gente lo que no es la realidad, pues México, país que hace parte de este grupo de fachada se negó a firmar el desconocimiento del gobierno venezolano, ya que Andrés Manuel López Obrador (presidente de México) tiene una política internacional basada en el respeto hacia los países y su autodeterminación, política que no impulsaba Enrique Peña Nieto porque también era servidor del imperio estadounidense. Hablan de 13 países con gobiernos de derecha y ultraderecha que intentan desesperadamente encerrar a Venezuela, pero no hablan de los que no conforman ese grupúsculo mezquino sin soporte, por ejemplo el apoyo y reconocimieto de Rusia, China, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Uruguay, Ecuador, México, Corea del Norte, Irán, y se puede extender la lista por más países de Africa, Europa y América.

¿Quiénes son el grupo de Lima para desconocer la legitimidad de un gobierno que es más democrático que sus dictaduras disfrazadas de democracias? ¿Por qué no se pronuncian en contra de Trump o Bolsonaro que sí son verdaderos dictadores? ¿Por qué no se preocupan por las situaciones humanitarias de Haití y otros países de la región que sí necesitan de la cooperación y la ayuda honesta de los países unificados? Y ¿Por qué en lugar de esos pronunciamientos contra Venezuela no se pronuncian por la grave situación de derechos humanos y líderes asesinados que vivimos en Colombia?

En 2019 la masacre no para y están asesinando casi un líder social por día, incluso en los mismos territorios donde les restituyeron tierras y el silencio entre estos señores es gigantesco frente a los temas prioritarios. Parafraseando a nuestro Comandante Antonio García en una entrevista reciente: Por micrófonos pueden decir lo que quieran, pero ocultar la realidad, eso no lo pueden hacer.


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