Se intensifican las amenazas contra líderes sociales
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La Central Unitaria de Trabajadores de Colombia – CUT, ha manifestado las graves y preocupantes amenazas que han tomado como blanco a 12 dirigentes sindicales y sociales de la ciudad de Cali, Valle del Cauca.

Como en todo Colombia la persecución constante, amenaza de muerte y destierro, que a diario sufre el liderazgo sindical, social y político por parte de grupos paramilitares que azotan las ciudades, hoy toma como objetivo militar a las organizaciones que luchan por la justicia, vida y la dignidad de la ciudad de Cali.

En un comunicado de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia – CUT, lanzó su contundente rechazo denunciando ante la comunidad nacional e internacional, las amenazas muerte de las que han sido víctima varios lideres del Valle del Cauca.

Los 12 líderes amenazados el 23 de agosto del año en curso, son: los directivos de la CUT Subdirectiva Valle, Wilson Saenz Manchola, presidente y director del Departamento de Derechos Humanos y Julian Mauircio Lozano Agudelo, director de los departamentos de Tesorería y Comunicaciones, así como también a Alfonso Mena, Fredy Restrepo, Nelinton Ramos, Rubén Figueroa, Ramiro Montenegro Núñez, Gilberto Pareja, Josué Rodríguez, Alberto Palomino, Mirian Duran, Elmer Montaña que se encontraban en preparación de la Gran Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, La Paz y la Unidad, que se llevará a cabo los días 14 y 15 de septiembre del presente año y fueron declarados como objetivo militar por estar reclamando sus justos derechos.

Son amenazados de muerte por mismos paramilitares que en contubernios con las fuerzas de seguridad y poderes locales, toman como lema «POR UNA CALI LIBRE DE BANDIDOS», relacionados con los mismos que gritan libertad y orden para asegurarse en el poder.

La CUT rechaza rotundamente todo tipo de intimidación a la labor sindical y de defensa a los derechos humanos. Manifiestan su apoyo y solidaridad a los compañeros y sus familias, reconociendo el respeto a la vida en todas sus expresiones y el desarrollo de la labor que desempeñan como líderes sindicales y en defensa de los derechos humanos.

De la misma manera hacen un llamado a las autoridades competentes a investigar los hechos aquí denunciados y que realicen toda acción pendiente a proteger la vida e integridad de los luchadores sindicales y sociales.

Como se aprecia, esta sentencia a muerte no sólo tiene el propósito de afectar a los lideres y sus familias, sino también a sus comunidades, pues lesiona también gravemente el tejido social, generando pánico desconfianza y afectando seriamente sus luchas reivindicatorias.

La ciudadanía de Cali se pregunta ¿por qué no hay una sola persona responsable de estos hechos? Y peor aún, ¿por qué no se puede parar el asedio, las amenazas y la muerte de líderes y lideresas sociales?, siendo que estos grupos paramilitares ejercen un control sobre la ciudad y actúan con toda impunidad.

¿A quién realmente beneficia el asesinato de líderes sociales? Dicha respuesta está en la violencia que manifiestan los grupos económicos y políticos que gobiernan la ciudad para mantenerse en el poder mediante el control paramilitar.

Recordemos que en lo recorrido del año ya son 100 lideres sociales asesinados en Colombia, cifras pavorosas que suman al proceso genocida del Estado y que son fiel evidencia del problema se seguridad y de la vida que sufren los líderes sociales por el hecho de defender los derechos, donde los departamentos más afectados son Cauca, Antioquia y Valle del Cauca.

Solo en el Valle del Cauca del 1 enero al 8 de agosto han sido asesinados 13 líderes sociales, según datos del instituto para el desarrollo y la paz INDEPAZ. Muchos de estos líderes fueron amenazados, pero por falta de protección de parte del Estado fueron asesinados.

Evidenciamos que hay una intensificación de la violencia ejercida desde los grupos paramilitares contra líderes y lideresas comunitarias, defensoras de los derechos humanos y el liderazgo sindical de Colombia.

También de la misma manera, vemos como los grandes medios de comunicación se concilian con estos crímenes guardando silencio, mientras sus matrices comunicacionales están alineadas a las transnacionales de la desinformación envenenando la verdad sobre Venezuela, tapando los crímenes de lesa humanidad del gobierno sionista de Israel.


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