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Por: Alejandra Rivas

El sindicalismo colombiano representó en el pasado un gran aporte a las luchas sociales y políticas del país, hablando de su simpatía con las ideas políticas de izquierda y desempeño en el hacer que posibilitó la creación de escenarios y movimientos que fueron protagonistas en el pasados y de los cuales surgieron líderes históricos que debido a sus grandes capacidades fueron perseguidos, amenazados y asesinados por el Estado colombiano en asocio con grupos paramilitares.

En este breve artículo daremos algunos elementos sobre el panorama actual del sindicalismo en Colombia y las tareas pendientes para reconstruir una fuerza sindical que de verdad aporte a la construcción de escenarios de resistencia y lucha contra un Estado genocida y criminal, permeado por el narcotráfico y las tendencias fascistas.

El estallido social ocurrido a partir del 28 de abril de 2021 en Colombia, demuestra por diversos factores sociales y políticos un momento cumbre de la capacidad de las organizaciones sociales y sindicales para movilizar la población que siempre vivió indignada pero que nunca paso a la acción de movilización.

Esta movilización desbordó y se encauso en expresiones de lucha que se lograron sostener, acorralando el discurso gubernamental sobre un futuro para todos y desenmascarando el aumento de una crisis social en un país con casi la mitad de su población pasando el limite de la pobreza.

En medio de la coyuntura es necesario entonces la presencia de las organizaciones sociales y sindicales como organizaciones de masas que encabezan, acumulan y guían el proceso de movilización y posible escenario de diálogo a partir de la presión generada al régimen en su momento de más tensión.

Aquí toman protagonismo escenarios de confluencia de las organizaciones con el objetivo de discutir y tomar posiciones que en lo político representen unidad y cohesión a la hora de negociar y obtener las reivindicaciones que representen los intereses de clase y de todo el pueblo que en las calles protesta, pero mas allá de eso que represente la esperanza de construcción de un bloque popular que se piense la toma del poder por las vías que el escenario requiera.

Al rededor de esto, surgen críticas sobre el actuar del sindicalismo. Los vicios que se reproducen al interior de las organizaciones y las posturas políticas poco claras o confusas en la lucha social. Esto se evidencia en una falta de capacidad para hacer lectura política de la realidad en sus liderazgos; liderazgos que hoy se atornillan en los cargos por años y que pierden toda noción de lucha, liderazgos cercanos a partidos tradicionales, lo que ha provocado una “derechización” en su actuar político pero también organizativo evidenciado en su burocracia y la falta de participación de las bases sindicales.

Sumado a estos factores esta el poco interés de la base sindical por sus reivindicaciones sectoriales esto debido a prácticas retrogradas y faltas de estrategia que innoven para generar consciencia en la base sindical promoviendo relevos generacionales de nuevos liderazgos con una visión política clara y abierta a la unidad con el movimiento social, por el contrario esos nuevos liderazgos replican y multiplican las viejas prácticas y vicios que hacen que el sindicalismo colombiano no pase de la denuncia y costumbrismo a sus logros negociados y analice de forma estructural la situación del país para buscar tácticas que solucionen de una vez por todas las demandas que dicen representar.

Existen actualmente ejercicios al interior de estas organizaciones conscientes y cercanos a las formas de de construir poder y resistencia junto a las comunidades y junto las bases de las mismas que vienen permitiendo acumular cada vez mas militancia y tomando poder de decisión adentro de las organizaciones sindicales, lo que deja la tarea y la esperanza de que una nueva práctica sindical es posible, una que actué en defensa plena de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, pero sobre todo de aquellas mayorías del país, y sobre todo que elimine la arrogancia con la que pretenden siempre imponer posturas en los espacios de confluencia y que no les permite llegar y legitimar espacios mas amplios de unidad que nos permitan avanzar en la utopía de modelo de país para la gente.

La unidad y el ser con otros debe ser siempre la consigna de cada militante, y de cada persona organizada en el país, el debate de ideas con esta premisa nos permitirá ser mas cohesionados con el tiempo para enfrentar un gobierno cada vez mas descarado en las formas como se organiza para mantener el poder, y en esa cohesión el sindicalismo es una pieza importante.


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